La familia - Alfa y Omega

Miembros de la familia E. nos hablan de la importancia y el valor de la familia. Madre con dos hijos jóvenes, resalta sus vivencias en los mejores y en los peores momentos. La madre E. afirma: «Mi familia es la principal fuente de satisfacción, también mi refugio y apoyo en las situaciones de crisis que hemos tenido».

Madre e hijos cuentan su durísima experiencia personal como inmigrantes. «Nosotros somos muy religiosos y eso nos acercó a grupos de Iglesia que nos acogieron y animaron. La familia ha motivado lo mejor de nosotros mismos desde el principio, en nuestra situación de tanto cambio, entre el desamparo y la ilusión, para buscar nuevos caminos, actuar con responsabilidad, por amor y no por culpa o sumisión. Somos felices cuando logramos alcanzar una meta para la que hemos luchado con tesón y esfuerzo, sea en el estudio o en el trabajo, y es que mientras una familia esté llena de amor y apoyo mutuo, será más fácil que prospere el bien de todos y proporcione apoyo y seguridad».

También tenemos cerca otras situaciones familiares que son distantes, que toman caminos tan diferentes que parece que nada los pueda unir: se crea desconfianza, desamparo, abandono, ruptura, hostilidad, violencia, etcétera, y parece no tener cabida la convivencia sana o el amor, es como si los caminos de encuentro se hubieran desdibujado para siempre.

E. y sus hijos comentan en voz alta su pensamiento: los jóvenes sueñan que les gustaría cuidar a su propia familia, fomentar los valores de la pareja, del clima interno familiar, el valor de la formación, del modelo educativo, etcétera.

Los cambios son muy duros, al menos los nuestros propios. Cuesta acostumbrarse, cuesta también verse distinto e inferior al resto en muchos aspectos. Ellos, como migrantes, echan de menos su país, sus amigos, extrañan las costumbres. El viaje a lo desconocido asusta y da inseguridad, pero contar con la familia cerca amplía la esperanza, «a nosotros nos ha ayudado a proyectar y recorrer nuevos caminos».