«En Venezuela se está produciendo una gravísima violación de los derechos humanos» - Alfa y Omega

«En Venezuela se está produciendo una gravísima violación de los derechos humanos»

La reciente concesión de un asiento a Venezuela en la comisión de Derechos Humanos de la ONU contrasta con los testimonios que llegan desde el país latinoamericano: El régimen chavista «ha matado a muchos estudiantes», asegura el profesor Juan Carlos Rubertiello, que ha podido constatar la muerte de infinidad de niños al tragarse clavos y alfileres por comer directamente de la basura y que, junto a su comunidad de laicos misioneros, han sido «perseguidos por hablar del Evangelio y de los derechos humanos»

José Calderero de Aldecoa
El profesor Juan Carlos Rubertiello. Foto: José Calderero

A Juan Carlos Rubertiello —profesor de filosofía de Universidad de Carabobo y director de su centro de derechos humanos— y a su comunidad de laicos misioneros María Estrella de la Mañana, el Gobierno de Nicolás Maduro les «ha perseguido, expropiado la casa y hemos sido denunciados en dos ocasiones por la división de inteligencia militar», asegura en una entrevista con Alfa y Omega.

Su delito, llevar 22 años de servicio en las zonas marginales, atendiendo a los pobres y los desheredados. «En este momento, estamos trabajando con personas campesinas», explica.

A esta transgresión hay que añadir el agravante de hablar del Evangelio. «Yo era el encargado, todos los domingos, de la celebración de la palabra en mi comunidad. Entre los asistentes, siempre había un patriota cooperante —activista político adoctrinado para reportar las palabras de ciertas personas a las que el régimen quería tener controlada— vigilando nuestras acciones y el discurso que hacíamos. Y ¿cuál era el discurso que hacíamos? Evangelio y derechos humanos», subraya el laico venezolano.

Gravísima violación de los derechos humanos

El profesor Rubertiello conoce bien este campo de los DD. HH., «en nuestra comunidad nos dedicamos a él de forma transversal». Esto «nos ha hecho movernos muchísimo en el ámbito de la denuncia» y que, por tanto, el régimen chavista les tenga en el punto de mira. «Varios agentes de la división de inteligencia militar fueron a la casa de mis padres a buscarme. Lógicamente, yo no vivo allí, pero me presenté ante ellos para que los dejaran en paz. La división de inteligencia militar no se atreve a entrar en las zonas marginales en las que trabajamos».

Allí, y a nivel general en toda Venezuela, la comunidad María Estrella de la Mañana —que ha hecho coalición con otras 170 organizaciones de derechos humanos—, asegura que «se está produciendo una gravísima violación de los derechos humanos». Por un lado, se está asesinando directamente a la gente, «han matado a muchos estudiantes», denuncia el profesor, al mismo que critica la reclusión de 10 meses de su compañero Santiago Guevara en la cárcel conocida como La tumba: «Quisieron hacer un centro comercial en forma de pirámide. Estaba previsto que la parte subterránea fuera el doble de grande que la altura de la pirámide. El proyecto nunca se terminó pero los tres últimos pisos subterráneos los convirtieron en una cárcel y allí encerraron a mi compañero tan solo por haber escrito un libro». Por otro lado, se está dejando morir a muchos ciudadanos: «Hay gran cantidad de neonatos que mueren en Venezuela». «Yo tengo amigos que han muerto por la falta de medicamentos, porque no tuvieron acceso a un inhalador para un ataque puntual de asma. También muere la gente porque no hay tratamientos para enfermedades recurrentes como el cáncer o la tensión arterial…».

Pero una de las cosas que más ha impactado a Juan Carlos Rubertiello es la muerte de quienes acuden a los basureros en busca de algo que llevarse a la boca. Desde su comunidad, han podido constatar cómo «muchos niños y adultos iban al basurero, rescataban algo de comida, se la metían en una bolsa y se iban. Pero el proceso degeneró tanto que los niños iban al basurero y se comían allí mismo lo que se encontraban. Hicimos un rastreo de qué estaba pasando con estas personas que comen de la basura. Tenemos los datos de los niños y adultos muertos en hospitales —porque antes hacían autopsias, ahora ni siquiera— por haber comido clavos, alfileres…», asegura Rubertiello.

Foto: José Calderero

Santa Teresa de los derechos humanos

Ante esta situación, este laico misionero ha decidido hacer un parón y venir a Ávila, a la carmelitana Universidad de la Mística, a descansar y, principalmente, a ahondar en la figura de santa Teresa de Jesús, su concepto de dignidad humana y su relación con los derechos humanos. «Mi intención es desarrollar toda una espiritualidad de los derechos humanos basada en Teresa de Jesús», afirma a Alfa y Omega. «No entiendo cómo se puede hablar de derechos humanos, y ese es uno de los grandes problemas que hay en las organizaciones que los defienden, sin un sustrato que te permita mantener la cohesión interna», asegura Rubertiello. En su caso, el profesor considera «que esa unidad solo la puede dar el encuentro con Dios».

Una vez terminado el periodo de formación, su intención es volver a Venezuela, donde «esta forma de acercarse a Teresa creo que puede ser un aporte importante para la lucha a favor de los derechos humanos». Que se posible «establecer una relación conceptual, categorial, entre el concepto de la humanidad de Cristo y el concepto de dignidad humana, podrían ser fundamentos sólidos para una espiritualidad de los derechos humanos», concluye.