«El compliance ayudará a la Iglesia a cumplir su misión» - Alfa y Omega

«El compliance ayudará a la Iglesia a cumplir su misión»

Dirigido especialmente a los responsables de la administración en las diócesis, la Universidad de Navarra ha lanzado un curso on line gratuito sobre el compliance en la Iglesia. Se trata «no solo cumplir las normas a las que una entidad está obligada», evitando así el daño a la reputación por su incumplimiento, sino también actuar de forma acorde a su propio ideario, con mayor coherencia», explica su director, Diego Zalbidea

Ricardo Benjumea
Foto: Universidad de Navarra

Con las reformas del Código de Derecho Penal de 2010 y 2015, no solo delinquen las personas físicas, sino también las jurídicas; esto es, las organizaciones. «Ahora ya no cabe decir que la entidad no comete un delito. Si no vigiló, si no cuidó de que sus miembros cumplieran las normas establecidas, también los superiores o directores de un ente pueden ser responsables penalmente».

La advertencia es del sacerdote y profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra Diego Zalbidea, que dirige un MOCC (curso abierto online) en la plataforma Miríadax sobre «La implantación del compliance en las entidades de la Iglesia». Junto a él, participan a través de vídeos varios profesores de Navarra; el responsable de Compliance de KPMG Abogados, Alain Casanova, uno de los mayores expertos en la materia en España, y el director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal, José Gabriel Vera.

Inicialmente, admite Zalbidea, la cuestión se entendía circunscrita a posibles delitos económicos, como lavado de dinero, en los que pudieran incurrir las empresas que no establecieran los cortafuegos apropiados. Pero con el tiempo se ha ampliado a todo tipo de organizaciones, incluidas las de Iglesia, expuestas a peligros como los abusos sexuales o a cometer infracciones fiscales o laborales.

«Una oportunidad buenísima» para la Iglesia

La propia idea del compliance también ha evolucionado. Hoy se reconoce que «un programa de compliance no solo sirve para librarse de la responsabilidad penal sino que es un conjunto de procesos y estándares para trabajar bien. Es una herramienta de buen gobierno y en la doctrina se entiende que es parte de la rendición de cuentas».

De ahí que, para Zabala, se trate de «una oportunidad buenísima» para quienes deseen hacer las cosas bien. En la Iglesia, en concreto, «el compliance introduce una mentalidad y una cultura que le ayudará mucho a cumplir su misión».

De hecho, «el Derecho Canónico se encuentra muy cómodo en este marco», añade este profesor. Y cita cánones que aluden a la obligatoriedad de «administrar los bienes teniendo en cuenta la voluntad de los donantes, las normas del Derecho Canónico y del Derecho Civil, además de la voluntad de los fundadores en el caso de una congregación… Ahí están, formuladas en otros términos –subraya–, las mismas ideas de fondo que el compliance persigue: no solo cumplir las normas a las que una entidad está obligada», evitando así el daño a la reputación por su incumplimiento,sino también actuar de forma acorde a su propio ideario, con mayor coherencia. Por eso el compliance «puede ayudarnos a trabajar mejor» y «hacer que nuestra credibilidad sea mayor».

¿Quién se encarga del compliance?

¿Pero a qué nivel deben aplicarse programas de compliance: Conferencia Episcopal, diócesis, parroquias…? ¿Y quién debe ser el responsable en su aplicación? «Cualquier persona jurídica puede ser responsable de un delito, pero no sería realista pedirle un programa de este tipo a una parroquia pequeña; a una grande, quizá sí. Se trata de hacer las cosas con cabeza, responde Diego Zalbidea.

En la práctica, «han sido pioneras las congregaciones que tienen obras en el ámbito civil, como colegios, hospitales, centros asistenciales…», y cita como ejemplos los programas de la Compañía de Jesús y de los Hermanos de San Juan de Dios.

Lo deseable sería que este modo de trabajar se extendiera a la Iglesia diocesana, añade Zalbidea, quien recuerda que el propio obispo, como último responsable legal, debería ser el primer interesado en que esta figura se incluya en el organigrama. Pensar en un compliance officer en cada obispado, como el que existe en cada vez más empresas parece hoy, sin embargo, una realidad «muy lejana», motivo por el cual la función, si acaso, suele recaer en los ecónomos, que son «las personas a las que cargamos siempre con todo». Pero «lo ideal sería que tuvieran personas en sus equipos o en los consejos de asuntos económicos» que pudieran ayudarles en estas cuestiones. El MOOC «La implantación del compliance en las entidades de la Iglesia» se lo pone un poco más fácil, subraya Zalbidea, al ofrecerles una primera formación a coste cero. Las inscripciones todavía están abiertas.