Patriarca etíope: «Quiero llorar como un niño» por los 67 muertos en los disturbios - Alfa y Omega

Patriarca etíope: «Quiero llorar como un niño» por los 67 muertos en los disturbios

Lo que comenzó como manifestaciones de apoyo al líder de un movimiento juvenil defensor de la primacía del grupo étnico oromo, no tardó en convertirse en disturbios étnicos y contra las minorías en la región de Oromía. Tres iglesias y una mezquita fueron atacadas

Redacción
Foto: AFP/Stringer

«Soy vuestro padre espiritual. Soy vuestro guardián. Sin embargo, he sido incapaz de protegeros. No puedo llevar a los asesinos ante la justicia. Hijos, rezo a Dios con lágrimas en los ojos sobre vuestro sufrimiento. Siento el deseo de llorar como un niño. Mi corazón está aplastado por la pena. Señor, en vez de mostrarme el sufrimiento de mis hijos, adelanta mi muerte». Son las conmovedoras palabras con las que el patriarca ortodoxo etíope, Matías, lamentaba el lunes la muerte de 67 personas durante los disturbios vividos en el país la semana pasada.

El domingo, en un funeral celebrado en la iglesia de la Santísima Trinidad de la capital, Adis Abeba, otro obispo, monseñor Elías, había lamentado cómo los fallecidos «pensaba que vivían entre congéneres humanos pero fueron inesperadamente devorados por lobos».

La oleada de violencia comenzó el miércoles en la capital, cuando el activista de etnia oromo y empresario de medios de comunicación, Jawar Mohamed, denunció que la Policía rodeó su casa y obligó a sus guardaespaldas a marcharse. A raíz de su denuncia, cientos de personas se concentraron durante la jornada frente a su vivienda. Entre ellos había muchos jóvenes también oromo, pertenecientes al Qeerroo (Juventud) como se conoce al Movimiento Juvenil Nacional Libertad y Democracia, fundado por él.

La concentración se convirtió en una manifestación de apoyo a Jawar y contra el primer ministro, Abiy Ahmed Ali, ganador del Premio Nobel de la Paz por impulsar la reconciliación en el país. Desde Adis Abeba, los altercados se extendieron a localidades como Ambo, Adama, Harar, en la región de Oromía.

Granada contra una iglesia

No tardó, además, en convertirse en un conflicto interétnico y contra las minorías. «La violencia interétnica abarca cualquier dirección. Oromos contra no oromos; en Adama, no musulmanes atacaron una mezquita mientras que en Balerobe, de mayoría oromo y musulmana, los ataques fueron contra otras minorías», declaró a la agencia EFE el investigador de Amnistía Internacional Fisseha Tekle.

El Ethiopia Observer recogía el sábado que en Dodola Woreda la violencia se había cebado con la comunidad ortodoxa, cuyas tiendas y casas fueron atacadas. Miembros de la comunidad se refugiaron en la iglesia, pero cuando alguien entre la multitud lanzó una granada contra el jardín de la misma, se produjeron docenas de heridos. Otra horda impidió que la Policía los trasladara al hospital y mató a tres de ellos. En total, tres iglesias y una mezquita han sufrido los ataques.

Dentro del recuento oficial de 67 muertos, 15 son alborotadores abatidos por las fuerzas de seguridad; cinco, policías, y el resto civiles víctimas de los atentados. Además de lamentar las muertes, el patriarca Matias criticó la inacción del Gobierno: «[Le] hemos pedido que pare esto. Sin embargo, no hemos visto cambiar nada».

Incitación al odio étnico

Jawar, que nació en Etiopía pero tiene pasaporte estadounidense, fundó Oromia Media Network, un canal de televisión y portal informativo independiente. Además, tiene 1,75 millones de seguidores en Facebook. Entre 2016 y 2018, usó las redes sociales para organizar huelgas y protestas en la región de Oromía que aumentaron la presión sobre el Gobierno y llevaron a la renuncia del entonces primer ministro, Hailemarian Desalegn, en febrero de 2018.

Sin embargo, después de regresar de Estados Unidos, comenzó a criticar las reformas iniciadas por el primer ministro y premio Nobel Abiy Ahmed Ali, que tienen como objetivo reducir las tensiones entre los diferentes grupos étnicos en el país.

Ambos son de etnia oromo, el grupo étnico más grande (aunque no mayoritario) del país. Sin embargo, frente a la política conciliadora de Ahmed Ali, Jawar defiende una ideología de «los oromo primero», y ha sido acusado de fomentar el odio étnico.

El martes, en el Parlamento, Ahmed Ali lo criticó de forma no demasiado velada, aludiendo a «esos propietarios de medios que no tienen pasaporte etíope están jugando a dos bandas» y «fomentando la inestabilidad». «Cuando hay paz juegan aquí y cuando hay problemas no están aquí (…). Emprenderemos medidas». Un día después, Jawar denunció las maniobras contra él y convocó las manifestaciones que no tardaron en volverse violentas.