Raúl Berzosa, pintor de cámara del Vaticano - Alfa y Omega

Raúl Berzosa, pintor de cámara del Vaticano

Tiene tantos pedidos que el pintor malagueño se ha convertido en una especie de pintor de cámara del Vaticano. El último encargo desde la Santa Sede ha sido de dos obras para celebrar el 50 aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa Francisco. Las pinturas, convertidas en sellos, se han publicado oficialmente hace diez días

José Calderero de Aldecoa
Foto: Raúl Berzosa

En una fecha tan señalada para el Papa Francisco como es el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal —que celebra el 13 de diciembre—, el Vaticano ha decidido contar con el pintor español Raúl Berzosa para homenajear al Pontífice. A través de su Oficina Filatélica y Numismática, hace meses le encargó dos cuadros y el lunes 4 de noviembre se publicaron convertidos en sellos.

El pintor define el encargo como «muy importante» para su carrera artística, y considera un «honor» y un «orgullo» que desde el Vaticano «se acuerden de un pintor de Málaga para representar este importante aniversario del Papa». Asimismo, Berzosa habla de «gran responsabilidad, ya que son obras que, al convertirse en sellos y a través de las redes sociales, pasan al gran público».

Al comenzar el trabajo «entendí rápidamente que había que representar la juventud y la madurez» de Bergoglio, explica el artista a Alfa y Omega. Consultó entonces la biografía de Francisco, desconocida para él, y con la ayuda de un archivo fotográfico pudo realizar el boceto de las obras.

50 años de diferencia

En la primera pintura, Joven Bergoglio, destaca la «alegría, ya que en el tercer domingo de Adviento —conocido como domingo gaudete— fue ordenado sacerdote», y los «colores azulados son en referencia a Argentina». Por detrás, aparece la basílica de San José de Flores. Delante de su puerta paseaba un joven Bergoglio el 21 de septiembre de 1953 cuando «entró para confesarse. En ese momento, sintió que Dios le llamaba y salió con la convicción de que tenía que ser sacerdote». En la parte derecha de la composición, Berzosa ha pintado a la Virgen Desatanudos, «una de las grandes devociones» que Bergoglio «conoció en un viaje a Alemania» y que él «introdujo en Buenos Aires».

La segunda pintura, que se titula Papa Francisco y donde Bergoglio ya aparece como Pontífice, está dedicada a la misericordia. «Represento a Francisco de forma frontal bendiciendo al espectador. Junto a él aparecen el Cristo de la Misericordia, que es otra de sus grandes devociones, y la basílica de San Pedro del Vaticano. En general, predominan los colores ocres y blancos, que son los propios del Vaticano», explica.

Foto: Raúl Berzosa

Otros encargos

No es la primera vez que la Santa Sede «me encarga una obra para conmemorar una efeméride del Papa Francisco. En el año 2016, confiaron en mí para realizar la pintura que celebraba su 80º cumpleaños». Entonces, pudo conocer al sucesor de Pedro. Fue en la audiencia general del 14 de diciembre de 2016, junto al director de la Oficina Filatélica y Numismática del Vaticano. «Con el aula Pablo VI totalmente abarrotada, pude explicarle con todo lujo de detalles lo que había querido plasmar. El Papa Francisco escuchó atentamente y, al final, me dijo: “Felicidades, me gusta mucho, está muy pensada”», asegura el artista, que en esta ocasión espera que se pueda repetir el encuentro y conocer la opinión de Bergoglio.

A juzgar por la cantidad de trabajos que le han encargado, Raúl Berzosa se habría convertido en una especie de pintor de cámara del Vaticano. Para tan insigne cliente, el artista malagueño también ha pintado a san Pablo VI, san Juan Pablo II o Benedicto XVI, y algunas de sus obras han servido para ilustrar numerosos libretos de las ceremonias en San Pedro, o para poner imagen a algunas de las publicaciones en los diferentes canales de información de la Santa Sede. «Tanto como pintor como católico, supone una auténtica satisfacción. Cuando comencé en este mundo del arte sacro, nunca imaginé que mis obras podrían llegar a un lugar como el Vaticano». Allí, explica el pintor nacido en Málaga en abril de 1979, «hay obras de los grandes maestros de la historia del arte».

Pero más allá del Vaticano, el lienzo de Raúl Berzosa es el mundo. Ahora trabaja, por ejemplo, en la decoración pictórica de la iglesia de Santa María Reina de la Familia, en Guatemala, o en un proyecto para los jesuitas de Estados Unidos, representando a varios santos de la Compañía. «En un mundo donde la fealdad nos rodea, intento crear belleza y poner mi pintura al servicio del Señor. Intento hacer obras que sirvan a las personas. No se trata solo de crear algo agradable a la vista, sino de que llegue al alma del que lo ve, es decir, que la pintura transmita al espectador y, al mismo, tiempo sea herramienta para la fe», concluye Berzosa.