«En el Pacífico, los desastres “naturales” son cualquier cosa menos “naturales”» - Alfa y Omega

«En el Pacífico, los desastres “naturales” son cualquier cosa menos “naturales”»

El coordinador del grupo Reconciliación con la Creación de la Conferencia Jesuita de Asia-Pacífico, Pedro Walpole, apoya la propuesta de algunos obispos de la región a poner en marcha una iniciativa regional en defensa de la ecología integral similar a la Red Eclesial Panamazónica (REPAM)

Ricardo Benjumea
Foto: ESSC/A. Ignacio

Una nueva REPAM se perfila en la región de Asia-Pacífico. La iniciativa se inspira en la Red Eclesial Panamazónica, que cuenta con representantes de los episcopados y organizaciones católicas de 9 países y trabaja desde el paradigma que el Papa ha llamado «ecología integral», según el cual las cuestiones ecológicas son indisociables de las sociales.

«Sí, hay debates en estos momentos y las conferencias episcopales [de Asia y de Oceanía] son cada vez más conscientes de los impactos del cambio climático, de las industrias extractivistas y de la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo», asegura Pedro Walpole, coordinador del grupo Reconciliación con la Creación de la Conferencia Jesuita de Asia-Pacífico y director de investigación del Instituto filipino de Ciencias Ambientales para el Cambio Social, que estudia la repercusión en las poblaciones más vulnerables de los desastres “naturales”. Es el propio Walpole quien pone en solfa este último término, ya que –argumenta– «los desastres “naturales” son cualquier cosa menos “naturales», como demuestra su creciente prevalencia en lugares y épocas del año en los que hasta ahora rara vez se producían.

Si el Amazonas es conocido como «el pulmón de la tierra», «el Pacífico, que constituye alrededor de un tercio de la superficie planetaria, es el elemento que en mayor grado determina el clima mundial», añade el jesuita. También es la región que con más intensidad sufre el cambio climático, debido a fenómenos como el Niño y la Niña o el aumento del nivel del mar, que obligan a poblaciones enteras a desplazarse.

Por todo ello, «en Asia hemos seguido con gran atención el Sínodo en la Amazonía, como un signo de esperanza, en medio de nuestras preocupaciones por las urgentes amenazas que afectan a las personas, a la tierra y a la vida», añade.

Paralelismos con la Amazonía

A juicio de Pedro Walpole, existen importantes paralelismos entre la Amazonía y el Pacífico. «En la región de Asia-Pacífico viven 450 millones de personas alrededor de los bosques y de las sabanas. Y de ellos, 84 millones sufren extrema pobreza. Alrededor de 210 millones se identifican como indígenas o tribales, y poseen una sabiduría ancestral que les vincula estrechamente a la tierra y a territorios en los que sus antepasados habitan desde tiempos ancestrales», cuenta. «Su conocimiento tradicional está adaptado localmente y está profundamente conectado con la naturaleza. Los medios de vida indígenas respetan y protegen los recursos naturales».

Este tipo de vida se ve hoy seriamente amenazada. «Las comunidades indígenas luchan por mantener su integridad sociocultural», añade Walpole. A «las sequías, inundaciones y deslizamientos de tierra» se suma la depredación de la minería o la agroindustria. «El actual modelo económico de explotación está impulsando una pérdida cultural y de recursos insostenible e irrecuperable», sentencia el jesuita.

Foto: ESSC

Estos factores –dice– están provocando «la muerte de millones de personas vulnerables» y obligando a migrar a otras tantas, debido al impacto directo de las catástrofes o a raíz de la pérdida de cosechas.

También, igual que sucede en la Amazonía, «muchos activistas» han pagado con su sangre «su defensa de las comunidades y su oposición a los poderosos».

La Iglesia, frente al exceso de «carga nacionalista»

En esta situación, a pesar de constituir una pequeña minoría (el 3 % de la población), «la Iglesia está llamada, con humildad, a defender la creación y promover un modelo de desarrollo humano que incluya a todos». La creación de una nueva red regional eclesial podría, en su opinión, ser un acicate. «La celebración en 2020 del 50 aniversario de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas supone una buena oportunidad».

Un aspecto clave de esa acción eclesial, cree, debe ser la educación, para «fomentar la conversión a un estilo de vida simple». Pero también es imprescindible una línea de acción política, en unos tiempos en los que «hay demasiada carga nacionalista».

Ante la Cumbre del Clima que se celebrará en diciembre en Madrid, Pedro Walpole pide a los mandatarios mundiales que «no pongan en primer lugar sus políticas, sino a sus propios hijos y a las poblaciones más vulnerables; que los escuchen y no les mientan acerca de lo que sabemos sobre el cambio climático; que no culpen a otros, sino que identifiquen cómo pueden ellos contribuir a un futuro más sostenible».