Francesco Voltaggio: «No se puede entender a Jesús sin conocer su trasfondo judío» - Alfa y Omega

Francesco Voltaggio: «No se puede entender a Jesús sin conocer su trasfondo judío»

El biblista italiano Francesco Voltaggio presenta su obra en Madrid. «Es fundamental para los cristianos conocer las tradiciones judías, sus fiestas y su liturgia para poder comprender de manera mucho más rica el Nuevo Testamento, la vida de Cristo, y la liturgia y la fe de la Iglesia», afirma

Colaborador
Fotograma de la pelicula La Pasión de Cristo de Mel Gibson

Jesucristo nació judío y vivió cumpliendo las leyes del pueblo de Israel. Y así lo hizo hasta su muerte. Con su Resurrección y la llegada de Pentecostés nacería la Iglesia, pero para los cristianos ha sido tradicionalmente difícil comprender este florecimiento del cristianismo sin el papel del judaísmo tanto en el propio Cristo como en sus discípulos.

En este aspecto profundiza el sacerdote Francesco Voltaggio. Vive desde hace 18 años en Tierra Santa, es doctor en Sagrada Escritura y Arqueología Bíblica, y actualmente es el rector del Seminario Redemptoris Mater de Galilea. También es el autor de Las fiestas judías y el Mesías y Espera, Adviento, Navidad del Mesías, ambos publicados en español por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Aprovechando su presencia en Madrid para un congreso en la Facultad de Literatura Cristiana y Clásica San Justino de la Universidad San Dámaso, el autor presenta ambas obras este martes a las 19.30 horas en la parroquia Santa Catalina de Siena de Madrid.

¿Qué relación existe entre las fiestas judías y el cristianismo?
Hay dos aspectos esenciales. La primera es que no se puede entender el cristianismo, el Nuevo Testamento, en general el origen del cristianismo, sin comprender el trasfondo judío, no solamente través de las Sagradas Escrituras, sino también a través de la transmisión oral de Israel. La Sagrada Escritura no ha sido entregada al pueblo de Dios como algo muerto sino acompañado de una tradición viva. Y esa tradición viva es la tradición de un pueblo, que es el de Israel. Conocer la liturgia y la transmisión oral es fundamental para profundizar en las raíces cristianas.

San Juan Pablo II dijo que la liturgia judía como es vivida hoy puede iluminar algunos aspectos de la liturgia cristiana. Todavía Dios sigue haciendo su historia con su pueblo aunque no haya reconocido al Mesías. Hay una relación fundamental de estas fiestas judías para entender el Nuevo Testamento y el primer cristianismo. Pero también para iluminar nuestras fiestas cristianas.

Pero, ¿cómo puede la tradición judía iluminar algunos de estos aspectos del cristianismo de los que hace mención?
En el documento vaticano Notas para una correcta presentación de los Judíos y el Judaísmo, se dice que algunos aspectos de la liturgia judía como son vividos hoy pueden iluminar la liturgia cristiana. Por ejemplo, en la fiesta de la Hannuká, la fiesta de la dedicación del templo, se pide a los judíos mostrar los candelabros de nueve brazos, el Hanukiyah. Hay que mostrar esta luz del candelabro porque hoy según la práctica de la ley judía se tiene que colocar este candelabro en las ventanas o cerca de la puerta. Todos tienen que mostrarlo para que se vea, porque es el símbolo de la victoria de Israel y del milagro que ha hecho con los Macabeos tras reconquistar el templo y dedicarlo.

Esto es muy interesante porque para nosotros los cristianos la Navidad es la fiesta de la luz y Jesús dice que no puede quedar escondida una luz en lo alto de un monte. En esta fiesta encienden las velas a partir de una vela central, por eso son nueve brazos aunque es una fiesta de ocho días. El brazo central que da luz a cada una de las velas se llama siervo. Aunque esto no lo hacían en el tiempo de Jesús, tiene para nosotros un significado en sí mismo, porque tenemos que amar la liturgia judía, pero también como cristianos porque sabemos que esa luz son los cristianos. Jesucristo dice: «Vosotros sois la luz del mundo». Pero además Cristo es este siervo y nosotros solo podemos ser encendidos por Él. Por ello para nosotros es un símbolo de Jesucristo.

¿Por qué en general los cristianos conocen tan poco sobre las fiestas judías pese a que en ocasiones aparecen en las propias Escrituras?
Conocemos muy poco por dos razones fundamentales. La primera es que en varios momentos concretos de la Historia de la Iglesia hemos cortado un poco con estas raíces judías por el miedo de ser judaizantes, de perder esta identidad cristiana, esta gran novedad del cristianismo. También porque hubo épocas en la Iglesia en la que convivían juntos cristianos y judíos, y tenían que guardar una identidad fuerte pues había un peligro de ser atraído por las fiestas judías. Y lo mismo le pasó a los judíos porque las fiestas cristianas son muy atractivas, podemos decir que mucho más que las judías. Fue algo recíproco.

La segunda razón es también de ignorancia, pero no necesariamente con culpabilidad. Entrar en la tradición oral judía y en la literatura rabínica… no es para nada fácil. Hace falta una preparación y estudio para conocer desde dentro el judaísmo.

Francesco Voltaggio, en la biblioteca de la Facultad de Literatura Cristiana y Clásica San Justino de la Universidad San Dámaso. Foto: Fundación Tierra Santa

¿Podría haber alguna razón más?
Podemos añadir una tercera razón de índole teológica, de considerar a la Iglesia, el pueblo de Dios, como nuevo Israel si con esta expresión entendemos que hemos sustituido al pueblo de Israel como si su tradición ya no fuera importante. Esto puede ser peligroso porque Jesucristo cumple exactamente todas las promesas y todas las realidades de Israel. Y si falta Israel, ¿qué va a cumplir Jesucristo? Es una razón teológica de sustitución, y también tiene algo de algo de antisemitismo, porque todavía queda algo de antisemitismo en la Iglesia, de considerar a Israel el pueblo maldecido por Dios.

¿Por qué conocer estas tradiciones judías y sus liturgias puede ayudar al cristiano de hoy?
Porque conocer las fiestas judías como las vivía Jesús es esencial para entender muchos aspectos del Nuevo Testamento. Hay todo un movimiento desde antes del Concilio Vaticano II para redescubrir las raíces judías del cristianismo. No se pueden entender algunas expresiones o algunas líneas teológicas sin profundizar bien en estas fiestas judías.

Para un cristiano es esencial. Vayamos a un ejemplo clásico: la Eucaristía. No se puede comprender nuestra Eucaristía sin entender no solo la Pascua bíblica sino también cómo era vivida en tiempos de Jesús. Las raíces de la Eucaristía están en la Pascua judía. Dios es el Dios de la Pascua, que va a pasar y nos lleva de la esclavitud a la libertad, de la tristeza a la alegría. Este es exactamente el corazón de la Pascua judía que se va a cumplir plenamente en Jesucristo.

Hay que entender que en Jesucristo no se cumple solamente la Escritura, sino que se cumple toda la historia de la salvación que Dios ha hecho con el pueblo judío. Y esto es un aspecto fundamental. La Sagrada Escritura, como el Antiguo Testamento, siempre está conectada con la Tradición, porque viene de la tradición de un pueblo. Y está escrito para un pueblo, para ser vivido en la liturgia. Y no se puede vivir la Escritura sin la Tradición. Esto pasaba ya con los judíos, y para nosotros los católicos es todavía mucho más importante.

Se puede decir que ya entonces no se podía separar Escritura y Tradición…
Cuando escuchas: «El pueblo que caminaba en las tinieblas…» ¿Qué piensas? Inmediatamente tu formación de católico te lleva a la Navidad. No podemos ver la Escritura como algo desconectado de la tradición litúrgica. Y esto vale ya en el Antiguo Testamento.

Otro ejemplo: el Evangelio de San Juan está basado en las fiestas judías. En el capítulo 10 si no se entiende qué es la dedicación del templo y su fiesta no se puede entender la catequesis de Jesucristo cuando en el mismo templo habla de la consagración de sí mismo, y dice que el Padre le ha consagrado. Él se presenta como nuevo templo. Pero si no sabemos qué es ni qué es la fiesta por excelencia de la dedicación del templo, se puede entender su mensaje pero no se entra en todo el tesoro. El Evangelio está escrito para todos, pero estamos llamados a entrar en esta profundidad de este tesoro infinito…

¿Qué fiesta judía cree que es las que más ha podido influir en el cristianismo?
Es difícil contestar a esta pregunta porque cada fiesta ha influido de una manera determinante. Estamos acostumbrados a ver la relación con la Pascua, y es verdad, pero por ejemplo en el Pentecostés judío, el Shabuot, se ve la riqueza de las tradiciones judías. Se ve que como Jesucristo ha venido a cumplir la tradición judía y la riqueza inmensa que conlleva. Es como el culmen de todas las fiestas.

Javier Lozano / Fundación Tierra Santa