Cardenal Filoni: «Las Iglesias del sur ya no esperan que vengan otros de fuera a evangelizar» - Alfa y Omega

Cardenal Filoni: «Las Iglesias del sur ya no esperan que vengan otros de fuera a evangelizar»

El cardenal Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, cree que está cambiando el paradigma de misión: de ad gentes a inter gentes

Ricardo Benjumea
Foto: Universidad San Dámaso

La misión se está transformando y «se presenta hoy en formas muy distintas a las de hace 50 años». Es el diagnóstico del cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que la pasada semana visitó Madrid para participar en unas jornadas de Derecho Canónico celebradas en la Universidad Eclesiástica San Dámaso. «Sin abandonar la misión ad gentes», en la que especialmente los países de vieja tradición cristiana envían a sus misioneros a miles de kilómetros de distancia, «el anuncio del Evangelio es cada vez más inter gentes. Ya no es alguien de fuera quien viene a evangelizar, sino la Iglesia presente en cada realidad local la que anuncia y traduce el Evangelio a cada cultura, a cada realidad».

Es innegable –admite el purpurado– que Europa no tiene tantos misioneros como antes», e incluso «ella misma necesita ser hoy evangelizada. Sin embargo, sus misioneros han dado vida a las jóvenes Iglesias de África, Asia, América y Oceanía», que se nutren hoy de «obispos y sacerdotes locales que antes no había. Se cumple, de algún modo, el sueño de Daniel Comboni: que África evangelice a África».

Ahí ve Filoni «una conciencia que está madurando» en las Iglesias del sur. Esta era uno de los grandes objetivos del Papa con la celebración en octubre de un Mes Misionero Extraordinario, «involucrar a los bautizados de todas las Iglesias locales en su responsabilidad de evangelizar, sin esperar a que otros vengan a hacerlo por ellos». «Esa conciencia se ha visto también muy claramente en el Sínodo de la Amazonía», añade el prefecto, para quien, más allá de la problemática ambiental y de la vulneración de derechos humanos en esta región, la cumbre eclesial ha reflejado la madurez de la Iglesia en el continente. «Por supuesto me interesa la Amazonía, que tiene 30 millones de personas, de los cuales tres millones son indígenas. Pero me interesa más América Latina en su totalidad, con una población de 1.000 millones. Esa Iglesia ha podido verse en el Sínodo. Es una Iglesia que está asumiendo su responsabilidad. Hay episcopados, como el colombiano, que han decidido encargarse directamente de sus vicariatos apostólicos amazónicos, sin dividir esta región del resto de su territorio», cita a modo de ejemplo.

Una de las grandes cuestiones que ha suscitado el Sínodo es la inculturación, la necesidad de adaptar el anuncio del Evangelio a cada contexto cultural, un asunto –subraya Filoni– que se va a ver también durante el viaje estos días del Papa a Tailandia y Japón. El responsable vaticano de las misiones es partidario, sin embargo, de abordar este debate con «cautela», y cree que este es más bien un proceso que se produce de forma natural en cada Iglesia. «Los sacerdotes y obispos locales son los primeros empeñados en el diálogo cultural y en impulsar un tipo de presencia cristiana que está en medio de todas las culturas. Eso no significa considerar que todas las culturas son iguales, sino que en todas hay elementos de valor y tienen algo que aportar, a la vez que ese intercambio [con la fe cristiana] obliga a cada cultura a confrontarse». «Es lo que ocurre, por ejemplo, con nuestra presencia en medio del mundo islámico… Hace poco conocí en Europa a un hombre procedente de un país árabe. Me llamó la atención su nombre, mitad árabe, mitad cristiano. Le pregunté el motivo. Me respondió que, tras haber conocido a personas cristianas, se había convertido. Su familia no lo aprobó, pero él siguió adelante y no quiso renegar de su pasado ni de la fe musulmana que le había llevado finalmente a la Iglesia, por lo que decidió mantener los dos nombres. Para mí, su ejemplo es, de algún modo, una síntesis de cómo se puede vivir hoy la misión desde una perspectiva inter gentes».