La mejor prevención de los abusos sexuales - Alfa y Omega

La mejor prevención de los abusos sexuales

Redacción
Foto: Pixabay

Establecer en una congregación formas de relación interpersonal más horizontales y fraternas no solo sirve para implicar con mayor eficacia a todas sus miembros en la misión. También es una vía eficaz de combatir los abusos sexuales.

La vedruna Covadonga Orejas, que participó en Gabón y Togo en el diseño de programas de prevención en escuelas que hoy se aplican a nivel nacional, impartió una jornada de formación a las integrantes de todos los equipos provinciales coincidiendo con la celebración en la Iglesia de la jornada de oración por las víctimas de abusos sexuales, el 20 de noviembre.

Es importante —cree— diseñar «mapas de riesgo» o poner en marcha comités de protección, siempre que se entienda que «este no es un problema solamente de genitalidad», sino más bien «una forma de abuso de poder que puede tener esta u otras muchas manifestaciones». «Lo que esta crisis nos pide (porque este esto nos afecta a todas, ninguna congregación puede decir que esto no va con ella) es replantearnos si nuestras relaciones son lo que el Evangelio nos propone».

Un problema que prevenir es la doble vida. «Hay personas estupendas en la misión que luego se deshacen porque no tienen una construcción afectiva sana en su vida». O sacerdotes con «una espiritualidad deslumbrante pero que, por otro lado, mantienen relaciones con los demás absolutamente abusivas».

Lo mismo afirma Orejas sobre «el ideal de perfección» en la vida religiosa, al que «antiguamente todas las religiosas tenían que aspirar». A veces, con «estándares tan altos» y alejados de la realidad, se allanaba el camino a «la doble vida». O a que las víctimas se culpabilizaran a sí mismas, considerando que «habían fracasado», y por tanto «no se atrevieran a hablar de lo que les había ocurrido», facilitándose así que los abusos se perpetuaran. «Por eso es muy importante que la persona se sienta querida por Dios y valorada como lo que es: un regalo para los demás a pesar de sus limitaciones e imperfecciones».

La misma pregunta es conveniente que se la formulen las congregaciones en clave de interculturalidad: «¿Dejamos a las personas que vienen de otros contextos culturales ser ellas mismas, o intentamos imponernos a ellas para moldearlas a nuestra manera?», se pregunta Covadonga Orejas.