95.917 - Alfa y Omega

95.917

Algo falla cuando tantísimas mujeres rompen ese «intenso diálogo cruzado» que se establece con la criatura que llevan en su interior

Alfa y Omega

En 2018 se produjeron 95.917 abortos en España, con una subida de casi un 2 % respecto al año anterior. Desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, que hizo pública la estadística la semana pasada como siempre hace por estas fechas, quitan hierro a la subida, que es además la segunda consecutiva. Hablan de una «tendencia a la estabilización» y vuelven a poner el foco en que la cifra está lejos de los más de 110.000 abortos anuales que se producían cuando se aprobó la llamada Ley Aído en 2010.

Obvian, sin embargo, que este repunte de los abortos se produce en un contexto en el que hay menos mujeres en edad de procrear: en 2018 hubo 11,12 abortos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años, más cercano a los 11,41 de 2009 que a los 10,51 de 2017. El informe de Sanidad deja también otros datos que merecen una reflexión: en 86.749 casos (90,44 %) la mujer no alegó motivo alguno para la llamada interrupción voluntaria del embarazo, y en 9.828 casos (10,25 %) el aborto fue practicado a menores de 20 años. Además, 35.269 mujeres (36,77 %) pasaron por una situación en la que ya se habían visto previamente, incluso con quintos y sextos abortos.

Esta realidad debería escandalizar no solo a los católicos, que llevan en su ADN la defensa de toda vida humana «de manera absoluta desde el momento de la concepción» (Catecismo, n 2270), sino a toda la sociedad. Como recordaba el Papa Francisco hace unos meses, «cuando una mujer descubre que está esperando un hijo», «la conciencia de una presencia, que crece dentro de ella, impregna todo su ser» y de repente pasa a ser «una madre». Más allá de las variaciones en la cifra total de abortos, algo falla cuando tantísimas mujeres rompen ese «intenso diálogo cruzado» que se establece con la criatura que llevan en su interior y renuncian a su ser madre. Algo falla cuando tantas y tantas lo hacen en virtud de una libertad mal entendida e incluso pasan por ahí más de una vez… ¿De verdad la sociedad no puede ofrecer otras salidas?