La iglesia que los cristianos se llevaron de vuelta a Mosul - Alfa y Omega

La iglesia que los cristianos se llevaron de vuelta a Mosul

Cuando los cristianos de la llanura de Nínive huyeron del Dáesh y tuvieron que buscar refugio en el Kurdistán iraquí, la ONG francesa Fraternité en Irak les construyó una iglesia modular. Ahora que por fin pueden volver a Mosul, se ha trasladado con ellos

Redacción
Foto: Fraternité en Irak

La inauguración de una nueva iglesia en la ciudad de Mosul ya sería, de por sí, una gran noticia. Pero si el templo no es exactamente nuevo, sino transportado a su regreso por los cristianos que en 2014 huyeron de la ciudad tras la invasión del Dáesh, su apertura es un signo elocuente de la realidad vivida por los cristianos de la llanura de Nínive en el último lustro.

Es lo que ocurrió el fin de semana pasado, con la consagración (el sábado) y la primera Misa (el domingo) en la iglesia siriaca de Al Bichara (La Anunciación). Las celebraciones estuvieron presididas por el patriarca Younan, que —según narra la ONG francesa Fraternité en Irak— pidió que la reapertura de este templo sea un signo de resurrección para todos los cristianos de Mosul.

La historia de Al Bichara es singular. En 2015, Fraternité en Irak instaló esta iglesia en el campo de refugiados de Ashti, en Erbil (Kurdistán iraquí). La entidad pretendía ofrecer un lugar de culto digno a los iraquíes que el año anterior habían huido a millares de Mosul y de los pequeños pueblos cristianos de los alrededores tras la irrupción de los terroristas del Dáesh.

La iglesia de Al Bichara en el campo de desplazados de Ashti, en Erbil. Foto: Fraternité en Irak

Volver: una esperanza lejana que se hizo realidad

El nuevo templo tomó el nombre de una de las parroquias siriacas existentes en Mosul. Había quedado tan destruida por los combates que era irrecuperable. Dadas las circunstancias, el templo de Ashti fue diseñado para poder construirlo de la forma más rápida posible: de forma modular y con elementos prefabricados.

Eso haría posible, además, que pudiera ser llevado a Nínive en el momento de regresar. Un objetivo que, por aquel entonces, parecía muy lejano.

Cuatro años después, la iglesia estaba dejando de cumplir su función: el Dáesh había sido expulsado de la llanura de Nínive, los cristianos estaban regresando a sus pueblos (y de forma mucho más tímida a Mosul), y el campo de Ashti estaba a punto de cerrar. Fue entonces cuando, a mediados de 2018, se decidió desmantelar el templo para intentar volver a construirlo cuando fuera posible en la ciudad.

El templo, ya reconstruido en Mosul. Foto: Fraternité en Irak

Un complejo más grande

De hecho, Al-Bichara se ha reconstruido en el terreno donde se alzaba la antigua parroquia que le da nombre, y cuyos restos han sido derribados. El templo formará parte de un nuevo centro parroquial que incluirá una residencia de estudiantes y una casa sacerdotal.

Todas las fases del traslado han sido supervisadas por el padre Emmanuel, párroco de la comunidad original. «Desplazar la iglesia desde el campo al lugar mi antigua parroquia es un signo fuerte de la fidelidad que ha vivido los habitantes durante estos cuatro años de exilio», ha afirmado a Fraternité en Irak.

Además de la construcción del templo en su día, la ONG francesa se ha hecho cargo de su desmantelamiento, traslado y reconstrucción. Además, está ayudando a reconstruir la iglesia de Mar Toma, en la zona oeste de la ciudad, que necesita nuevas ventanas y puertas.

Su director general, Faraj Benoît Camurat, celebra que «con esta parroquia que renace, deseamos que la Navidad se pueda vivir de una manera alegre y serena para los cristianos de la ciudad».

Fraternité en Irak / Redacción