Nace May Feelings TV. Primer capítulo: la monja que hacía esgrima - Alfa y Omega

Nace May Feelings TV. Primer capítulo: la monja que hacía esgrima

La red social May Feelings lanza una nueva iniciativa: May Feelings TV. Su presentadora será María Vallejo-Nágera, y el objetivo «acercar a la sociedad historias de personas que han encontrado la felicidad de la mano de Dios y cómo les ha cambiado su vida este encuentro»

José Calderero de Aldecoa

La red social May Feelings estrena May Feelings TV una nueva iniciativa en la que presentarán diferentes testimonios de personas que cuentan cómo era su vida antes y después de encontrarse con Dios.

La escritora María Vallejo-Nágera, madrina de la red social, será la encargada de presentar los vídeos que están siendo grabados por toda España. María dialogará con los protagonistas, que irán contando su vida marcada por la presencia de Dios.

Esta nueva iniciativa pretende «acercar a la sociedad historias de personas que han encontrado la felicidad de la mano de Dios y cómo les ha cambiado su vida este encuentro», aseguran desde May Feelings. El objetivo, añaden, es darse cuenta «de cómo la vida es mejor si estamos cerca de Dios».

En el primer capítulo, May Feelings TV presenta a sor María Leticia, monja del Convento de las Madres Dominicas de Lerma (Burgos), que dejó su exitosa carrera deportiva practicando esgrima para convertirse en el espadachín de Dios. Sor María, tras muchos éxitos deportivos a nivel regional y nacional, fue llamada para participar en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 como integrante del equipo olímpico español. Rechazó su participación para realizar una experiencia con un grupo de monjas de clausura.

Además de su carrera deportiva, sor María, antes de entrar en el convento, había coqueteado con las fiestas, las discotecas, el alcohol y los chicos. No fue ahí donde encontró la felicidad, sino al entrar en una iglesia, donde se sintió feliz y en paz. «Yo entré y sentí que algo vivía, que había alguien, que era real […]. La presencia que yo sentí en aquella eucaristía fue fortísima, no se me olvidó, me marcó». Fue en ese momento cuando sor María supo que tenía que tomar una decisión: o la esgrima o Dios.