«La comunión con el Señor nos basta para afrontar cualquier situación, por difícil que sea» - Alfa y Omega

«La comunión con el Señor nos basta para afrontar cualquier situación, por difícil que sea»

Cerca de 600 madrileños peregrinaron el sábado a Ávila junto a su arzobispo monseñor Carlos Osoro, dentro de los actos del V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús. Allí, monseñor Osoro pidió a todos los fieles un testimonio de vida coherente para «ser rostro de Dios» entre los hombres, «tanto entre los que creen como entre los que no creen»

José Antonio Méndez
Monseñor Osoro, junto a los obispos auxiliares de Madrid, durante la consagración

«Si mantenemos una relación viva con el Señor, como la que mantuvo santa Teresa de Jesús con nuestro Señor Jesucristo, tendremos la fuerza suficiente para poder afrontar cualquier situación, por difícil que sea. Hoy, nosotros, como santa Teresa, podemos repetir: nada te turbe, nada te espante, sólo Dios basta. Porque la comunión con el Señor, viva y verdadera, nos basta para afrontar todas las situaciones que llegan a nuestra vida». Así lo aseguró el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro Sierra, ante los cerca de 600 fieles madrileños que peregrinaron este sábado hasta Ávila con motivo del V centenario del nacimiento de Teresa de Jesús.

Monseñor Osoro, durante la homilía en la iglesia del convento de la Casa Natal

Peregrinación muy numerosa

Numerosas familias, jóvenes, religiosos y sacerdotes acompañaron al arzobispo matritense a lo largo de toda la jornada del sábado, en la que recorrieron los principales escenarios de la vida de la primera mujer Doctora de la Iglesia y pudieron lucrar la Indulgencia Plenaria que la Santa Sede ha concedido con motivo del Año Jubilar Teresiano. También participaron en la peregrinación diocesana los dos obispos auxiliares de Madrid, monseñor Fidel Herráez y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, y varios de los nuevos vicarios episcopales que hace sólo unas semanas han sido nombrados por el arzobispo en sus nuevos cargos.

Momento de la consagración, en la Eucaristía celebrada en el convento de la Casa Natal

El fundamental diálogo con Dios

La peregrinación comenzó con una breve meditación en la capilla del monasterio de La Encarnación, donde santa Teresa de Jesús pasó la mayor parte de su vida como Carmelita Descalza y desde el que partió a realizar las diferentes fundaciones de la reforma teresiana, en 1562. Allí, el arzobispo Osoro animó a los fieles a «dejarse amar por Dios y a dialogar con Él, porque la experiencia de la Santa nos enseña que esa necesidad de diálogo con Dios es fundamental para experimentar, y hacer experimentar a los otros, el contacto y el encuentro con Cristo». Sólo así «se puede mostrar a los hombres que Dios les quiere, que el amor de Dios es lo más importante que un hombre puede tener en el corazón, y que su amor permanece y es la fuerza» que ayuda a cambiar de vida, tal y como explicó monseñor Osoro. Además, los peregrinos pudieron venerar una de las reliquias de santa Teresa de Jesús que conserva la comunidad de Carmelitas Descalzas de La Encarnación.

Don Carlos bendice a un niño, tras la Eucaristía

Testimonio coherente de vida cristiana

Acto seguido, los peregrinos acompañaron a su arzobispo hasta el convento de Santa Teresa, regido por los padres Carmelitas Descalzos y levantado en el mismo lugar en que se ubicaba la casa natal de la Santa. Allí celebraron la Eucaristía –en la que ha intervenido la Orquesta y Coro de la JMJ para interpretar los cantos litúrgicos– y han sido recibidos por padre David Jiménez, prior del convento.

Durante su homilía, monseñor Osoro vinculó el mensaje de santa Teresa de Jesús con las lecturas litúrgicas de la celebración, desde tres claves: «Pedir, llevar, y hablar y obrar». Así, señaló que la lección que la Mística Doctora transmite hoy a quienes se acercan a ella es que «con Dios, nada nos puede turbar, pues Dios llena la vida y la existencia del ser humano de tal modo, que cuando nos dejamos tocar por Él, los hombres y las mujeres somos capaces de hacer las cosas más grandes que podamos imaginar» porque «no las hacemos con nuestras fuerzas, sino con la fuerza que viene de Dios, y que nosotros hemos de pedir». Además, el también vicepresidente de la Conferencia Episcopal destacó que la figura de santa Teresa «muestra que el verdadero hijo de Dios es el que se deja llevar por el Espíritu de Dios» y pidió a los peregrinos un testimonio de vida cristiana verdaderamente coherente, «para llevar a Dios a los demás» y «para que nuestras obras respondan a lo que nosotros somos y decimos». Algo que resulta urgente, en palabras del arzobispo de Madrid, pues «este mundo nuestro necesita ser construido desde la sabiduría que viene de Dios; necesita hijos verdaderos de Dios, dispuestos a cumplir su voluntad». Y concluyó asegurando que «si mantenemos una relación viva con el Señor, como la que mantuvo santa Teresa de Jesús con nuestro Señor Jesucristo, tendremos la fuerza suficiente para poder afrontar cualquier situación, por difícil que sea. Hoy, nosotros, como santa Teresa, podemos repetir: nada te turbe, nada te espante, sólo Dios basta. Porque la comunión con el Señor, viva y verdadera, nos basta para afrontar todas las situaciones que llegan a nuestra vida».

Monseñor Osoro, junto a fieles madrileños, en Ávila

Interceder por los que no creen

Ya por la tarde, los peregrinos acopañaron al arzobispo hasta el convento de San José, la primera de las fundaciones llevadas a cabo por santa Teresa de Jesús en su reforma del Carmelo Descalzo. Allí, monseñor Osoro pidió que los fieles madrileños oren «por todos los que viven en nuestra archidiócesis de Madrid, por los que creen y también por los que no creen, porque Cristo murió por todos los hombres», y ha pedido la intercesión de santa Teresa de Jesús «para que nos infunda nuevas fuerzas en nuestro testimonio y en nuestra vida cristiana, para que seamos más rostro del Señor en medio de los hombres, y para que el Señor haga todo lo que Él sabe hacer para tocar el corazón de todas las personas que viven en Madrid, de modo que Él las mire y ellas se dejen mirar». «A los miembros de la Iglesia, Dios nos ha elegido para que salga de nosotros lo mismo que salió de la Virgen María, y que en palabras de santa Teresa es un grandísimo resplandor. Que el Señor bendiga a nuestra archidiócesis de Madrid y nos dé la fuerza y la gracia necesarias para ser signo del Señor entre los hombres», concluyó el arzobispo.

Un momento de la Eucaristía, en la iglesia del convento de la Casa Natal de santa Teresa

Antes de partir hacia Madrid para celebrar la Vigilia de Pentecostés, tanto monseñor Carlos Osoro como los dos obispos auxiliares firmaron en el Libro de Honor del convento de San José.