La fe católica, en 598 preguntas y respuestas - Alfa y Omega

La fe católica, en 598 preguntas y respuestas

El Credo, la liturgia, la moral y las oraciones cristianas quedan sintetizados en doscientas páginas, publicadas bajo el título de Compendio del Catecismo cristiano. Se trata de un resumen del Catecismo de la Iglesia católica, de setecientas páginas, que ya promulgara Juan Pablo II en 1992. En la presentación del nuevo volumen, el pasado 28 de junio, el Papa Benedicto XVI explicaba que, desde la publicación del Catecismo, «se hizo cada vez más amplia e insistente la exigencia de un catecismo en síntesis, breve, que presentara todos y sólo los elementos esenciales fundamentales de la fe y de la moral católica, formulados de manera sencilla, accesible a todos, clara y sintética». Ofrecemos la introducción del Compendio, escrita por el cardenal Ratzinger, con fecha 20 de marzo de 2005, Domingo de Ramos, y el Motu Proprio promulgado por el Papa Benedicto XVI, para la aprobación y publicación del Compendio, que de momento sólo está publicado en italiano

Papa Benedicto XVI
Presentación del Catecismo, en la Sala Clementina del Vaticano, el pasado 28 de junio

El 11 de octubre de 1992, el Papa Juan Pablo II, de venerada memoria, entregaba a los fieles de todo el mundo el Catecismo de la Iglesia católica, presentándolo como «texto de referencia para una catequesis renovada en las fuentes vivas de la fe». A los treinta años del comienzo del Concilio Vaticano II (1962-2965), se cumplía felizmente el deseo expresado en 1985 por la Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos, de que se compusiera un Catecismo con toda la doctrina católica, tanto de la fe como de la moral. Cinco años después, el 15 de agosto de 1997, al promulgar la editio typica del Catecismo de la Iglesia católica, el Sumo Pontífice confirmaba la finalidad fundamental de la obra: «Presentarse como una exposición completa e íntegra de la doctrina católica, gracias a lo cual, cualquiera puede conocer aquello que la Iglesia profesa y celebra, lo que vive y ora en su quehacer diario».

– Para una mayor valoración del Catecismo y salir al encuentro de la petición nacida del Congreso Catequético Internacional del año 2002, Juan Pablo II instituía en el 2003 una Comisión especial, presidida por el cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con el encargo de elaborar un Compendio del Catecismo de la Iglesia católica, que contuviera una formulación más sintética de los mismos contenidos de la fe. Después de dos años de consulta a todos los cardenales y Presidentes de las Conferencias Episcopales, el proyecto, en su conjunto, tuvo una valoración positiva por parte de la mayoría absoluta de cuantos respondieron. Por tanto, la Comisión procedió a la revisión del mencionado proyecto, y, teniendo en cuenta las propuestas de mejora recibidas, elaboró el texto final de la obra.

– Las características principales del Compendio son tres: la estrecha dependencia del Catecismo de la Iglesia católica; el género dialógico; y el uso de imágenes en la catequesis.

Ante todo, el Compendio no es una obra autónoma en sí misma ni pretende de ningún modo sustituir al Catecismo de la Iglesia católica, aún más, remite continuamente, mediante la puntual indicación de los números de referencia o con el continuo llamamiento a la estructura, al desarrollo y a los contenidos del Catecismo. El Compendio, además, pretende despertar un renovado interés y aprecio por el Catecismo, que, con su sabiduría expositiva y unción espiritual, permanece para siempre como texto de base de la catequesis eclesial de hoy. Como el Catecismo, también el Compendio se articula en cuatro partes, en correspondencia a las leyes fundamentales de la vida en Cristo.

La primera parte, titulada La profesión de la fe, contiene una oportuna síntesis de la lex credendi, es decir, de la fe profesada por la Iglesia católica, tomada del Símbolo niceno-constantinopolitano, cuya constante proclamación en la asamblea cristiana mantiene viva la memoria de las principales verdades de la fe.

La segunda parte, titulada La celebración del misterio cristiano, presenta los elementos esenciales de la lex celebrandi. El anuncio del Evangelio encuentra, efectivamente, su respuesta privilegiada en la vida sacramental. En ella los fieles experimentan y dan testimonio en todo momento de su propia existencia, de la eficacia salvadora del misterio pascual, por medio del cual Cristo ha consumado la obra de nuestra redención.

La tercera parte, titulada La vida en Cristo, presenta la lex vivendi, es decir, el compromiso que tienen los bautizados de manifestar, en sus comportamientos y en sus decisiones éticas, la fidelidad a la fe profesada y celebrada. Los fieles, en efecto, están llamados por el Señor Jesús a llevar a cabo la obra que se corresponde con su propia dignidad de hijos del Padre en la caridad del Espíritu Santo.

La cuarta parte, titulada La oración del Señor: el Padre Nuestro, ofrece una síntesis de la lex orandi, es decir, de la vida de oración. A ejemplo de Jesús, modelo perfecto de orante, también el cristiano está llamado al diálogo con Dios en la oración -del que el Padre Nuestro es expresión privilegiada-, oración que nos enseñó el mismo Jesús.

Benedicto XVI entrega un ejemplar del Catecismo a un matrimonio, en el acto de Presentación

– Una segunda característica del Compendio es su forma dialógica, que recupera un antiguo género catequético basado en preguntas y respuestas. Se trata de volver a proponer un diálogo ideal entre el maestro y el discípulo, mediante una secuencia de preguntas que interesen al lector, invitándole a proseguir en el descubrimiento de aspectos siempre nuevos de la verdad de su fe. Este género ayuda también a abreviar notablemente el texto, reduciéndolo a lo esencial. Esto podrá favorecer la asimilación y eventual memorización de los contenidos.

– Una tercera característica es la presencia de algunas imágenes, que acompañan a la articulación del Compendio. Provienen del riquísimo patrimonio de la iconografía cristiana. De la secular tradición conciliar, aprendemos que también la imagen es predicación evangélica. Los artistas de todos los tiempos han ofrecido, para contemplación y asombro de los fieles, los hechos más sobresalientes del misterio de la salvación, presentándolo en el esplendor del color y en la perfección de la belleza. Éste es un indicio de cómo hoy, más que nunca, en la civilización de la imagen, la imagen sagrada podrá expresar, mucho más que la misma palabra -dada su gran eficacia-, su propio dinamismo de comunicación y de transmisión del mensaje evangélico.

– A los cuarenta años de la conclusión del Concilio Vaticano II y en el Año de la Eucaristía, el Compendio podrá suponer un ulterior instrumento para satisfacer tanto el hambre de verdad de los fieles de toda edad y condición, como la necesidad de todos aquellos que, sin serlo, tienen sed de verdad y de justicia. Su publicación tendrá lugar en la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia universal y evangelizadores ejemplares en el mundo antiguo. Estos apóstoles vieron lo que predicaron y dieron testimonio de la verdad de Cristo hasta el martirio. Imitándoles en su labor misionera, dirigimos nuestra oración al Señor para que la Iglesia siga siempre las enseñanzas de los Apóstoles de quienes ha recibido el primer anuncio gozoso de la fe.

Motu Proprio para la aprobación y la publicación del Compendio del Catecismo de la Iglesia católica

Un resumen claro e íntegro

Hace veinte años se iniciaba la elaboración del Catecismo de la Iglesia católica, pedido por la Asamblea extraordinaria del Sínodo de Obispos, con ocasión del vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Ecuménico Vaticano II. Con gran gozo, apruebo y promulgo el Compendio de este Catecismo. Dicho Compendio nace de un deseo manifestado vivamente por los participantes en el Congreso Catequético Internacional de octubre de 2002, que se hacían así intérpretes de una exigencia muy extendida en la Iglesia. Durante los trabajos un proyecto de este Compendio ha sido sometido al juicio de todos los Eminentísimos Cardenales y de los Presidentes de las Conferencias Episcopales, que en su inmensa mayoría lo han acogido y valorado favorablemente. El Compendio que ahora presento a la Iglesia universal es una síntesis fiel y segura del Catecismo de la Iglesia católica. Contiene, de modo conciso, todos los elementos esenciales y fundamentales de la fe de la Iglesia, a fin de constituir, como ya disponía mi Predecesor Juan Pablo II, una especie de vademécum que permita a las personas, creyentes o no, abarcar con una mirada de conjunto, el panorama completo de la fe católica. Confío, por tanto, con esperanza este Compendio, ante todo, a la Iglesia entera, y a cada cristiano en particular, para que, por medio del mismo, pueda encontrar, en este tercer milenio, un nuevo impulso para renovar el compromiso de la evangelización y educación de la fe, que debe caracterizar a toda comunidad eclesial y a todo creyente en Cristo, sea cual sea la nación a la que pertenezca o la edad que tenga.

Benedicto XVI