«La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo» - Alfa y Omega

«La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo»

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha presentado los Instrumentum Laboris de la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo (4 -25 octubre 2015). Han intervenido el cardenal y secretario general del Sínodo de los Obispos, Lorenzo Baldisseri; el cardenal arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría) y relator General de la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos, Péter Erdö; y el arzobispo de Chieti-Vasto (Italia) y secretario especial de la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos, Bruno Forte

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El Instrumentum Laboris, explicó el cardenal Baldisseri, se divide en tres partes que retoman la estructura de la Relatio Synodi, demostrando la estrecha relación entre la III Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos de octubre de 2014, dedicada a Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización y la próxima Asamblea General Ordinaria. La primera parte titulada Escuchar los desafíos de la familia se relaciona de forma más directa con el pasado sínodo, mientras la segunda El discernimiento de la vocación familiar y la tercera La misión de la familia hoy, introducen el tema del próximo.

El purpurado destacó algunas novedades que se encuentran en la primera parte y que se refieren sobre todo al contexto antropológico-cultural, al socio-económico y al ecológico, «ahora felizmente iluminado por la nueva encíclica Laudato si». «Los desafíos –dijo– son  la pobreza y la exclusión social, la tercera edad, la viudez, el luto en la familia, la discapacidad, las migraciones, el papel de la mujer, la afectividad y la educación de la sexualidad, la bioética».

En la segunda parte, El discernimiento de la vocación familiar se enriquece la Relatio Synodi con una ampliación de los temas relacionados con el matrimonio natural y la plenitud sacramental, la indisolubilidad, don y tarea, la vida familiar, la unión y la fecundidad, la dimensión misionera, la fe, la oración, la catequesis, el estrecho lazo entre la Iglesia y la familia, los jóvenes y el miedo de contraer matrimonio, la misericordia.

La tercera parte, dedicada a La misión de la familia hoy, comienza con una vasta reflexión sobre la familia y la evangelización, y se profundizan, entre otras cosas, cuestiones como el tema de la familia, sujeto de la pastoral, la liturgia nupcial, un lenguaje renovado y apertura misionera.

«Se habla –puntualizó el secretario general del Sínodo de los Obispos– de familia y acompañamiento eclesial, de la agilización de los procedimientos de las causas matrimoniales, de la integración de los fieles en situaciones irregulares, de la eventual introducción de una forma de penitencia, de los problemas pastorales sobre los matrimonios mixtos y con disparidad de culto, así como de las cuestiones de responsabilidad generativa, del control de la natalidad, de la adopción y acogida familiar, del respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural y de la educación de las generaciones futuras».

«Es muy relevante –añadió– la referencia a la indigencia económica de muchas familias que corren el peligro de la usura y al compromiso socio-político de los cristianos en favor de la familia, también en el contexto internacional. En este sentido, se considera útil la proposición de la Carta de los Derechos de la Familia, en unión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos».

El cardenal Baldisseri ilustró además los trabajos de la Secretaría del Consejo del Sínodo entre una asamblea y otra que comenzaron ya en noviembre de 2014, con la presentación del proyecto de los Lineamenta, compuesto por la Relatio Synodi y una serie de 46 preguntas relativas a la recepción y profundización de ese documento sinodal que fueron enviados a los sínodos de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, a las Conferencias Episcopales, a los dicasterios de la Curia Romana y a otros sujetos, con la invitación de responder como fecha tope el 15 de abril de 2015. La Secretaría General ha recibido hasta ahora 99 respuestas por parte de los organismos competentes a las que se han añadido 359 observaciones enviadas libremente por diócesis, parroquias, asociaciones eclesiales, grupos espontáneos de fieles, movimientos y organizaciones civiles, etc. De ahí que el período intersinodal, se haya revelado como «una ocasión inapreciable de escucha de lo que el Espíritu dice a la Iglesia en la pluralidad de sus componentes».

Por último se refirió a la metodología de la próxima Asamblea General, que hay que recordar, es Ordinaria y no Extraordinaria como la anterior y que, obedeciendo sobre todo a las sugerencias de los miembros sinodales, «continuará con el proyecto de un desarrollo del Sínodo en una línea dinámica y más adecuada a nuestros tiempos».

A este propósito los padres sinodales han reiterado la necesidad de evitar una larga serie de intervenciones individuales, como sucedía en los sínodos anteriores, para asegurarse de que las intervenciones estén mejor distribuidas en el tiempo y no todas seguidas. También se ha solicitado la valorización de los Circuli Minores y de reafirmar el principio del orden temático. Siguiendo esta línea, las tres semanas del Sínodo se distribuirán de acuerdo con las partes del documento Instrumentum Laboris, que son también tres. La primera semana abordará la primera parte del documento, la segunda se ocupará del discernimiento de la vocación familiar y la tercera de la misión de la familia hoy. «Al final de la tercera semana –aclaró el prelado– se dedicará el tiempo necesario para preparar el texto final del documento, que se presentará a la Asamblea para su última puesta a punto, que se integrará en el documento para ser sometido a la aprobación final. Esta modalidad asegurará la intervención en el Aula a cuantos tienen derecho a tomar la palabra, incluida la hora de final de la jornada, y concederá más tiempo a los Circuli Minores. Se prevé un documento final, que será entregado al Santo Padre».

Por cuanto respecta a la información, el cardenal recordó que el Papa Francisco ha afirmado que «el Sínodo es un espacio donde puede actuar el Espíritu Santo y no un parlamento. Los Padres sinodales están invitados a expresarse con parresia. Serán libres de comunicar con los medios de comunicación a discreción y bajo su responsabilidad».