«No estamos hechos para la lucha de sexos» - Alfa y Omega

«No estamos hechos para la lucha de sexos»

La Universidad San Dámaso organiza, del lunes 29 de junio al miércoles 1 de julio, el curso Fe en Cristo y búsqueda de lo humano en el siglo XXI, enmarcado dentro de los Cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial. El feminismo, uno de sus temas centrales, «se justifica como una reacción a una situación de injusticia, pero también tiene sus riesgos», afirma el director del curso, Gerardo del Pozo, decano de la Facultad de Teología de la USD

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

El curso organizado por San Dámaso se llama: Fe en Cristo y búsqueda de lo humano en el siglo XXI. ¿Qué tiene que decir Cristo al hombre de nuestros días?
Cristo se revela como el Hijo de Dios hecho hombre. Es Dios y es hombre. Más aún: es también el hombre verdadero, el hombre pleno, el que realiza lo humano. Unidos a Él podemos llegar a ser más plenamente hombres. En Él se nos manifiesta y se nos da la posibilidad de realizar la vocación suprema del hombre, la comunión con Dios y con los hombres.

¿Se puede decir entonces que con Cristo uno es más feliz?
Efectivamente, desde la fe y experiencia cristiana se puede decir que en diálogo y unión con Cristo el hombre puede vivir la verdad de su vocación última y, en este sentido, ser más feliz, pero sin olvidar que el camino de Cristo pasa por la Cruz. El que sólo busca agradarse a sí mismo acaba perdiéndose, porque el hombre está llamado a salir desde sí mismo a la comunión con Dios y con los hombres. El ser humano sólo alcanza su plenitud en la medida en que responde a esta llamada a salir fuera de sí, hacia Dios y los demás. Cristo es el Camino, pero se trata de un camino distinto al de una satisfacción inmediata. Él proporciona la felicidad plena en el más allá que comienza aquí. El hombre encuentra en Él la verdad de su vida, una correspondencia con lo que va buscando aunque no sepa formularlo de antemano.

El curso aborda de manera especial la figura de la mujer, sobre todo desde la visión cristiana. ¿Por qué han querido entrar en este tema? Habrá quien diga: ¡Qué tendrá que decir la Iglesia sobre la mujer!
Es uno de los temas de nuestro tiempo. El feminismo se justifica como una reacción a una situación de injusticia, pero también tiene sus riesgos. A veces busca la lucha de sexos. Otras veces relativiza la diferencia sexual, que es un dato objetivo puesto por Dios Creador. O sitúa la diferencia a un nivel meramente cultural o lo reduce a una mera opción humana.

La mujer ha sido sometida en las últimas décadas al experimento de la teoría de género. El curso también aborda otros experimentos realizados sobre el ser humano en el siglo pasado. ¿Cree que hemos aprendido la lección de las ideologías?
Las ideologías, en realidad, no están abiertas a la totalidad de realidad y la experiencia humana, sino que intentan dominarlas. Es verdad que ha habido un sometimiento de la mujer al hombre, es una verdad histórica, pero la teoría de género no parte de la realidad de que el hombre nace como hombre o como mujer, y de que estamos llamados a la comunión, algo que tiene sus raíces en la propia biología. No podemos construir nuestro sexo de manera arbitraria, no podemos elegir caprichosamente nuestro género. Necesitamos acoger lo que hemos recibido como criaturas de Dios, darnos cuenta de que no somos dueños absolutos de nuestro ser. Somos criaturas de Dios. Y nuestro primer deber es reconocernos como tales.

Son ya varias ediciones de los cursos de verano de la Complutense en los que ha participado la Universidad San Dámaso. ¿Cuál es el balance que hace de esta colaboración?
Distingo dos fases. La primera duró seis años. Luego se interrumpió y el curso pasado volvimos a organizarlos. Agradecemos a la Universidad Complutense su acogida. Es un ámbito civil y no confesional. Pero no nos sentimos en casa ajena, porque en su origen la UCM fue fundada por el cardenal Cisneros. Además es bueno el contacto entre la Teología y las diversas ciencias que hay en la Universidad: La teología ayuda a plantear las cuestiones últimas. Nos queremos hacer presentes en la Universidad para que pueda abordarse la cuestión de Dios y todas las cuestiones sobre el hombre que penden de esa gran pregunta.