Espíritu encendido - Alfa y Omega

Espíritu encendido

En 1940, Mª del Pilar Arechavaleta Iturroz inició la Congregación de las Misioneras de María Ianua Coeli para rescatar de la calle a jóvenes que mal vivían después de la guerra. Monseñor Osoro celebra hoy los 75 años de la fundación de la congregación

Alicia Gómez-Monedero
Primeras jóvenes junto a la madre fundadora. Foto: María Ianua Coeli

«El espíritu siempre encendido, siempre vivo», decía Mª del Pilar Arechavaleta Iturroz, fundadora de las Misioneras de María Ianua Coeli (Puerta del Cielo). Esta congregación nació en 1940 con la misión de hacerse cargo y cuidar a aquellas jóvenes que, después de la guerra, se vieron en la calle sin nada para salir adelante y en peligro de que se aprovecharan de ellas.

El 2 de julio de ese año, Arechavaleta comenzó con esta iniciativa, que suponía todo un reto. Mª del Pilar pertenecía a la congregación de los Ángeles Custodios, en la que ingresó con 19 años. No fue hasta los 60 años cuando sintió la llamada a otra vocación. «Actuó cuando la hora de la Providencia sonó para ella», cuenta la hermana Mercedes Berrocal, religiosa de la congregación. «Entonces, con serenidad de su mirada y con la bondad de su corazón, se entregó sin reservas a lo que la conciencia demandaba: recogió muchachas, aglutinó en su entorno compañeras, edificó casas, promocionó convivencias y, sobre todo, acogió y amó a las personas».

Después de 75 años, la congregación ha abierto escuelas y colegios mayores en distintos lugares de España, además de continuar con su labor de acogida a jóvenes fuera de nuestras fronteras. El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, preside hoy la celebración del aniversario, que contará con la actuación de los alumnos del Colegio Virgen de la Almudena (Collado Villalba), para después celebrar la Eucaristía.