El Papa casa a 20 parejas, algunas con historias difíciles; un «signo bellísimo» - Alfa y Omega

El Papa casa a 20 parejas, algunas con historias difíciles; un «signo bellísimo»

Gabriella, madre soltera, se casará este domingo con Guido, que tiene un matrimonio anulado. Son una de las 20 parejas a las que casará el Papa Francisco. El padre Guillermo Gutiérrez, del Pontificio Consejo para la Familia, subraya que «es un signo bellísimo» y «un anuncio para todo el mundo, para la Iglesia»

María Martínez López

Este domingo, el Papa dará un paso más hacia el Sínodo extraordinario de los obispos sobre la familia, al casar, en la basílica de San Pedro, a 20 parejas de la diócesis de Roma.

«Me parece que ésta es una de las genialidades del Papa Francisco -ha explicado a Radio Vaticano el padre Guillermo Gutiérrez, del Pontificio Consejo para la Familia-. El hecho de que vaya a celebrar estos matrimonios para los fieles de Roma es todo un signo para la Iglesia en todo el mundo. Es un signo bellísimo, además, porque hemos sabido que entre las parejas cuyo matrimonio atestiguará el Papa (en el matrimonio son los mismos esposos los ministros del sacramento) hay parejas que, después de un camino difícil o un camino más largo que el ideal acceden al matrimonio».

Esto «es también un anuncio para todo el mundo, para la Iglesia, que debe poner atención a no descuidar, a que la gente pueda acceder al sacramento del matrimonio, muchas veces acompañando, pero sin poner obstáculos innecesarios».

Una respuesta al «sentirse imperfectos»

Uno de estos casos es el de Gabriella, madre soltera de una hija. Con 48 años, Gabriella se casará con Guido, de 56 años, que tiene un matrimonio anterior anulado por el Tribunal de la Sagrada Rota. En declaraciones a Europa Press, Gabriella explicaba que ser casada por el Papa «es la realización de un sueño más allá de cualquier expectativa, casi una respuesta a nuestro sentirse imperfectos, y una indicación de perseverar en el crecimiento constante en la fe».

El hecho de ser casados por el Papa siendo una pareja madura y con el bagaje que llevan es -opina- «un fuerte mensaje» para todos los que se han conocido en una edad más adulta, porque «no hay que renunciar en ninguna edad a vivir el propio amor en la gracia de Dios, y a acceder a los sacramentos».

Preguntada por los principales desafíos que tiene que enfrentar hoy en día un matrimonio, Gabriella ha apuntado que «la sociedad actual no fomenta e incluso a veces menosprecia el matrimonio cristiano y los valores que proporciona». En esta línea, ha advertido de que la crisis de valores hace que «la unión, la lealtad y la dedicación al otro sea cada vez más difícil de defender y preservar». Sin embargo, Gabriella está convencida de que «con la presencia de Jesús en la pareja, se hace posible».

El sentido vocacional del matrimonio

El padre Gutiérrez añadía, en su entrevista a Radio Vaticano, que este gesto del Papa pretende «recuperar el sentido vocacional del matrimonio y también señalar que el matrimonio no es una cuestión privada sino que es una cuestión pública, social, de interés para la comunidad cristiana y la comunidad civil». Por último, subrayaba que servirá para «poner en evidencia esta centralidad que tiene la familia, que parte precisamente del sacramento del matrimonio, para la comunidad eclesial y también para la comunidad civil».

No es la primera vez que un Papa casa a parejas. Ya Juan Pablo II casó a varias parejas en el Vaticano, en octubre de 1994, con motivo del I Encuentro Mundial de las Familias.

En cuanto al Papa Francisco, en el año y medio de su pontificado ya ha mostrado su interés y cercanía a la pastoral familiar. Aunque el mayor signo de preocupación es la convocatoria de dos sínodos de obispos sobre esta cuestión, también la ha transmitido por medio de signos, como la Misa en Santa Marta a finales de junio con parejas que cumplían 25, 50 y 60 años de matrimonio; o el encuentro con más de diez mil parejas de novios, el 14 de febrero de este año, en la Plaza de San Pedro.