Disponibilidad, escucha y respuesta - Alfa y Omega

Disponibilidad, escucha y respuesta

Con el lema Una red de personas, los obispos de las Comisiones de Comunicación de las Conferencias Episcopales de España y Portugal han celebrado el Encuentro Ibérico 2014, para trabajar por una forma de comunicación más cercana y con renovado sentido de la unidad de la familia humana

Redacción

Con el mensaje del Papa Francisco para la 48º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales como telón de fondo, los obispos de las Comisiones de Comunicación de España y Portugal han profundizado en los objetivos y rasgos principales de una nueva comunicación que permita, sobre todo, responder pacientemente y con respeto a las preguntas del hombre en el camino de las búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana.

Estas son las conclusiones de los participantes, entre los que se encontraban el obispo de San Sebastián monseñor José Ignacio Munilla o el obispo de Lérida, Joan Píris Frígola:

«La cultura del encuentro, propuesta por el Papa Francisco, no se refiere únicamente el contexto de la comunicación, sino que está presente en toda su reflexión sobre la política, la economía, la inmigración y, en el fondo, en todo su magisterio. En el campo de la comunicación, esta cultura se relaciona con el ser de Dios que se caracteriza por su comunicación y por su amor interpersonal. El ser humano, cuando sabe amar y sabe comunicarse, se hace más cercano a Dios.

Confiamos que nuestra reflexión ayude a sentirnos más cercanos los unos de los otros, y a percibir un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos.

El nuevo paradigma de comunicación, introducido por internet y las redes sociales, ha producido algunos cambios importantes: el sujeto de la comunicación es cualquier persona no sólo los medios tradicionales; la comunicación no es unidireccional sino multilateral, no es unívoca sino interactiva; las respuestas que se ofrecen en la red no son precisas ni siquiera, en ocasiones, verdaderas. Ante esta realidad, el papel de los cristianos en las redes sociales es ayudar a discernir la verdad, a ofrecerla con claridad y redifundirla y multiplicarla, porque sólo la difusión de la verdad produce comunicación.

En suma, la dinámica de la nueva cultura de la comunicación nos exige adoptar una actitud de escucha y respuesta en el diálogo con el mundo de hoy. No basta sólo presentar un mensaje hay que escuchar y responder a la sociedad actual. Con el deseo de mostrar nuestra disponibilidad para encontrarnos con los hombres y las mujeres de nuestro tiempo y de responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana compartimos las siguientes conclusiones:

1.- En la Iglesia debemos superar todos los complejos acerca de nuestra presencia en el mundo digital. Ser conscientes de que nuestro mensaje es una Persona, Dios que se hace hombre para salvarnos. Hay que estar presente con esta originalidad, en diálogo con el mundo y en actitud de servicio.

2.- La comunicación de la Iglesia tiene que basarse en la verdad y en la autenticidad, fuerza vital que va más allá de la tecnología.

3.- La figura del buen samaritano es modelo de comunicación: se sintió implicado y se hizo prójimo con actitud de atención y servicio al otro. Hemos de procurar una comunicación que sea cercana a la gente, en los gestos y en las palabras: sencilla y eficaz, siguiendo el ejemplo del Papa Francisco.

4.- Entendemos la comunicación en términos de proximidad y creemos que ésta consiste tanto en reducir distancias como en transmitir contenidos. Por eso, la Iglesia debe reflexionar sobre cómo hacer que su mensaje llegue a todos.

5.- La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas. Por eso, el nuevo modo de comunicar hay que entenderlo como un cambio cultural y no sólo tecnológico.

6.- En el continente digital no hay espacios en blanco. La urgencia de la evangelización nos exige estar en él con nuestra propuesta de sentido: Jesucristo, camino, verdad y vida.

Por último, además de trasladar nuestro agradecimiento a todos los periodistas por su entrega al servicio de la comunicación, les animamos a propiciar una auténtica cultura del encuentro que sitúe a las personas en el centro de su trabajo, por encima de otras condicionantes económicos, ideológicos o tecnológicos. Invocamos la ayuda de Dios y su bendición para sus personas y sus familias».