¿La Iglesia en América Latina? «Indisciplinada, ¡pero viva!» - Alfa y Omega

¿La Iglesia en América Latina? «Indisciplinada, ¡pero viva!»

La mediación entre EE. UU. y Cuba y la situación de la Iglesia en América Latina son algunos de los temas abordados por el Papa durante la rueda de prensa en el avión de regreso a Roma

Redacción
Un momento de la rueda de prensa

Hemos visto cómo salió bien la mediación entre Cuba y Estados Unidos. ¿Piensa que se pueda hacer algo semejante en otras situaciones delicadas del continente latinoamericano?
El proceso entre Cuba y Estados Unidos no ha tenido el carácter de mediación. Había un deseo que había llegado. De la otra parte también. Esto fue en enero del año pasado, y después han pasado tres meses en los que sólo he rezado sobre esto, no me he decidido. ¿Qué se puede hacer con estos dos, después de más de cincuenta años que están así? Pero después, el Señor me ha hecho pensar en un cardenal. Él ha ido allí, ha hablado, y después no he sabido nada, han pasado los meses y un día el secretario de Estado me dijo: «Mañana tendremos la segunda reunión con los dos equipos…». (…) Ha ido solo, no ha sido mediación, ha sido la buena voluntad de los dos países: el mérito es de ellos, son ellos los que han hecho esto. Nosotros no hemos hecho casi nada, sólo pequeñas cosas, y a mediados de diciembre ha sido anunciado. Esta es la historia, verdaderamente no hay nada más.

A mí me preocupa en este momento que se detenga el proceso de paz en Colombia. Esto debo decirlo, y yo espero que este proceso vaya adelante y, en este sentido, nosotros estamos siempre dispuestos a ayudar. (…) En Venezuela, la Conferencia Episcopal trabaja para hacer un poco de paz, pero tampoco allí hay mediación.

En este viaje hemos escuchado mensajes fuertes para los pobres, también mensajes fuertes, a veces severos, para los ricos y los poderosos, pero una cosa que hemos oído muy poco son mensajes para la clase media. ¿Por qué en el Magisterio del Santo Padre hay tan pocos mensajes para esta clase media?
Muchas gracias, es una bella corrección, ¡gracias! Usted tiene razón, es una equivocación por parte mía. Debo pensar sobre ello. (…) El mundo está polarizado. La clase media se vuelve más pequeña. La polarización entre los ricos y los pobres es grande. ¿Por qué hablo de los pobres? Porque está en el corazón del Evangelio y siempre hablo del Evangelio sobre la pobreza, aunque sea sociológica. Después, sobre la clase media hay algunas palabras que he dicho, pero un poco de pasada.

¿Qué mensaje ha querido dar a la Iglesia latinoamericana en estos días? Y ¿qué papel puede tener la Iglesia latinoamericana?
La Iglesia latinoamericana tiene una gran riqueza: es una Iglesia joven, y esto es importante. Una Iglesia joven con cierta frescura, también con algunas informalidades, no tan formal. También, tiene una rica teología, de búsqueda. Yo he tenido que dar ánimo a esta Iglesia joven y creo que esta Iglesia nos puede dar mucho a nosotros. Digo una cosa que me ha impactado mucho. En los tres países, en todos ellos, estaban en las calles los papás, las mamás con los niños; hacían ver a los niños. Nunca he visto tantos niños, tantos niños. Es un pueblo —y también la Iglesia es así— que es una lección para nosotros, para Europa, donde el descenso de los nacimientos asusta un poco, y también las políticas para ayudar a las familias numerosas son pocas. (…) La riqueza de este pueblo y de esta Iglesia es que se trata de una Iglesia viva. Es una riqueza, una Iglesia de vida. Esto es importante. (…) Para la Iglesia, que diría una Iglesia joven —con tantos problemas, porque tiene problemas—, este es el mensaje que yo encuentro: no tengan miedo por esta juventud y esta frescura de la Iglesia. Puede ser una Iglesia un poco indisciplinada, pero con el tiempo se disciplinará, y nos da muchas cosas buenas.