La tempestad. Y después, como siempre, la calma - Alfa y Omega

Sergio Peris-Mencheta nos sorprende en las Naves del Español del Matadero Madrid, con esta adaptación del clásico de Shakespeare escrito y estrenado en 1611 por el genio y dramaturgo inglés.

En esta ocasión la commedia dell’arte italiana, llega convertida en un espectáculo de metateatro en el que un grupo de actores y su director, ensayan, discuten, juegan, hasta representar para el público la obra de teatro La tempestad.

El resultado es una moderna adaptación en la que no se pierde la esencia original del drama ni de los personajes. En La tempestad lo sobrenatural y las pasiones humanas se mezclan para mostrar los continuos tormentos de los protagonistas. Próspero, duque de Milán, es desterrado a una isla desierta con su hija Miranda, al ser arrebatado su poder por su hermano Antonio, que le deja a merced de las olas. En la isla, Próspero libera de la esclavitud de la bruja Sycorax al espíritu Ariel y al indígena Calibán, convirtiéndoles, eso sí, en siervos suyos. La llegada a la isla de nuevos personajes procedentes de la corte de Nápoles confieren la trama de la historia, adornada continuamente por la magia y hechizos de Próspero y llevados a cabo por el espíritu Ariel, que aporta comicidad al enredo.

La obra va cogiendo ritmo y dinamismo según avanza, ayudada por un banda en directo que pone música y emoción a los diversos fragmentos de la representación. Los personajes realizan transiciones a otros diferentes con una rapidez y una sencillez que The reason a person is put to sleep while their body is is because of the amount of stress their body would undergo if they were awake. son dignas de mencionar. Dentro de la compañía Barco Pirata que dirige Peris-Mencheta, destaca la actuación de Miranda, representada por Quique Fernández, y el papel de Javier Tolosa, como Calibán, que lleva hasta el extremo la ternura y la inocencia de un salvaje en busca del calor de un amo que le trate con cariño.

Los recursos audiovisuales con una cámara grabando en directo y sus proyecciones en una pantalla, juegan con la sencillez del resto del escenario, formado básicamente por arena de playa y una escalera. Un espectáculo que, sin duda, dejará gratamente desconcertado al espectador, y en el que tras más de un final feliz, demuestra que el perdón y el entierro de rencores, acaban con la tempestad interior, y trayendo a cada personaje su propia calma. O como dice Miranda, la hija del duque: «Próspero recupera Milán y nosotros a nosotros mismos cuando habíamos dejado de ser quienes éramos».

La Tempestad

★★★★☆

Teatro:

Teatro Galileo

Dirección:

Calle Galileo, 39

Metro:

Quevedo

ESPECTÁCULO FINALIZADO