Belén ha entrado ya en la casa de Dios - Alfa y Omega

Belén ha entrado ya en la casa de Dios

Monseñor Reig Plà ofició el funeral por Belén Langdon en la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares. Durante la homilía, el obispo, dio las gracias a la familia por el gran «testimonio de fe», que no se improvisa, sino que «está regado por la gracia de Dios»

José Calderero de Aldecoa

«Belén Langdon es de Dios y ha entrado en la casa de Dios llevada a hombros». Con estas palabras, el obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Plà, comenzaba la homilía pronunciada ayer día 5 durante el funeral corpore insepulto de Belén Langdon.

El féretro fue conducido a hombros por el padre, hermanos y otros familiares de Belén, que lo situaron a los pies del altar, «como estuvo Juan Pablo II y al lado del Cirio Pascual que anuncia la resurrección y la vida», afirmó el obispo.

La muerte de Belén ha supuesto una impresionante manifestación de fe por parte de todo su entorno. «La muerte de Belén me ha producido desazón interior pero me ha hecho mucho bien porque el Señor, en este Año de la fe, me ha hecho contemplar lo que significa el testimonio de la fe», confesaba Reig Plà. El padre, Nicolás, «confiando a Belén en las manos de Dios»; la madre, Yolanda: «Se la ofrezco al Señor y a la Virgen. Ojalá el Señor de este acontecimiento dramático se aproveche para el bien y les haga llegar la fe a muchos»; los testimonios de todos los hermanos, las compañeras rezando el rosario rodeando el hospital. La abuela preguntando al Señor: «¿Por qué el Señor no me lleva a mí?». Ante todo esto, concluyó el obispo Reig Plà: «Queridos hermanos esto no se improvisa, está regado por la gracia de Dios».

En el Doce de Octubre, todos los allí presentes, junto al obispo y Belén, «formábamos una corona de amor», añadió. En la UCI, «yo vi el cielo, que es la comunión de los santos con Dios. Yo lo vi en la UCI, vi la comunión de los santos», aseguró el obispo de Alcalá.

No murió sola

A pesar de la dolorosa forma en la que el Señor se la ha llevado, Belén no estaba sola: «sólo el Señor en los momentos dramáticos de su muerte estaba con ella», explicó Reig Plà. A lo que añadió que Dios «es un Pastor que no nos abandona en ningún momento». Por eso, según el obispo, «podemos imaginar los últimos pensamientos» de Belén: Dios mío confío en ti.

Monseñor Reig Plà terminó la homilía recordando que «Belén era guapa y murió guapa, y la hermosura le salía del alma». Dio las gracias a todos por ofrecer ese gran testimonio de fe y explicó a sus padres, familiares y amigos que «yo no soy la respuesta para vosotros, es Dios. Sólo Dios basta. La vida no tiene otro sentido que buscar perennemente el rostro de Dios».