La llegada de inmigrantes a Grecia se multiplica por seis. Cáritas los atiende en plena crisis - Alfa y Omega

La llegada de inmigrantes a Grecia se multiplica por seis. Cáritas los atiende en plena crisis

A pesar de la dureza de la crisis en Grecia, este año han llegado al país seis veces más inmigrantes y solicitantes de asilo. A las instituciones públicas, a la gente e incluso las Iglesias se les terminan los recursos, pero cuando lo que se deja atrás es Siria, Afganistán o Sierra Leona, cualquier alternativa parece buena, sobre todo si se tiene la esperanza de llegar al resto de Europa. Cáritas sigue trabajando para intentar paliar en lo posible su situación

Cáritas
Foto: Caritas/Hellas

La situación en Grecia está empeorando cada día. Los nuevos migrantes conocen la situación económica aquí, pero aun así deciden venir a Grecia ya que es su punto de entrada a Europa. La llegada de migrantes a las islas griegas ha aumentado en un 500 % respecto al año pasado. Puesto que el Estado griego está en bancarrota, no hay fondos estatales para ayudar a los inmigrantes cuando llegan y ni la policía, ni la guardia costera tienen una política de migración. Encima de eso, los inmigrantes que llegan a las islas tienen muy poca ayuda, ya que Grecia no puede proporcionarles alojamiento, comida, asistencia médica o ayuda legal.

Hasta ahora, los inmigrantes se enfrentan a un breve período de detención en los servicios de acogida en islas como Lesbos, Cos, Chíos, Samos y Rodas. Puesto que Grecia tiene muy poco personal que trabaja en los servicios de asilo, los que lo solicitan son enviados al centro de Atenas lo más pronto posible para que las autoridades locales puedan realizar los trámites. Tan sólo el 14 de junio, las autoridades transportaron a 1.800 refugiados de la isla de Mitilene a la Plaza de Omonia, en la capital. Así, el centro de Atenas se ha convertido en una parada para todos los inmigrantes que llegan a las fronteras griegas por tierra o por mar.

La crisis en Grecia afecta a todos, pero los refugiados, los solicitantes de asilo y los inmigrantes económicos se encuentran entre los grupos más vulnerables, y por lo tanto necesitan ayuda urgentemente. Más inmigrantes están llegando al Centro de Refugiados de Cáritas en Atenas. De donde más llegan es principalmente de Siria, Afganistán, Nigeria, Sierra Leona y el Congo. En el último año y medio, el número de sirios ha aumentado.

Tanto los inmigrantes legales (refugiados e inmigrantes legales) como los recién llegados que buscan asilo se están enfrentando a mayores dificultades. En el caso de los inmigrantes legales, la crisis afecta sus posibilidades de empleo. Dado el alto porcentaje de desempleo para los mismos griegos, las posibilidades de que un inmigrante consiga empleo son reducidas, lo que los obliga a aceptar empleo en el mercado negro. Esto implica que su situación se vuelve ilegal y pierden cualquier posibilidad de renovar sus documentos.

Los refugiados que buscan asilo temen que si el Gobierno no puede pagar a los burócratas, las dificultades en los servicios de asilo aumentarán y su solicitud de asilo se paralizará por un período de tiempo incierto. Las filas frente a los servicios de asilo en Atenas son tan largas que la gente decide acampar y dormir ahí hasta dos noches para que la atiendan. Nuestros trabajadores sociales dicen que el 80 % de inmigrantes quieren salir de Grecia para trasladarse a los países escandinavos o a Alemania.

El pueblo griego no puede ayudar, pero lo intenta

Gracias a la financiación de Cáritas Italiana, Cáritas Atenas inició un programa en enero de 2015 para ayudar a refugiados sirios que viven en Atenas, respondiendo a sus necesidades básicas, incluyendo víveres, ropa y asesoría. Esperamos ampliar este programa a las islas y estamos planificando hacerlo con Catholic Relief Services (CRS es un miembro estadounidense de la Confederación Cáritas).

Cada día más acuden a nosotros no sólo inmigrantes sino también ciudadanos griegos vulnerables solicitando ayuda, especialmente para comer en nuestro comedor de beneficencia y para hablar con nuestros trabajadores sociales. Anteriormente, los gastos de nuestro comedor de beneficencia los cubría la Fundación TIMA, ahora lo hacen las fundaciones Latsis. Por parte del sector privado, Western Union ha donado una cantidad considerable para darles cupones de supermercado a familias vulnerables. ONG griegas, como Mazi gia to Paidi y Desmo, nos apoyan con donativos, en especial para niños, así podemos proporcionarles ropa y calzado. También del sector privado, algunos supermercados y empresas de la industria alimentaria, hacen donaciones en especie, de acuerdo a sus posibilidades, para el comedor benéfico.

Las vidas de los griegos y de los inmigrantes, así como nuestra labor en general, se complican aún más por la crisis. Aparte de la falta de empleo y protección social, los bancos están cerrados y esto afecta el flujo de metálico. Incluso si encuentran empleo, los inmigrantes no pueden enviarles dinero a sus familias. La ayuda de la Iglesia (ortodoxa, protestante, católica) también se está reduciendo debido a la falta de fondos y donaciones.

El pueblo griego ya no puede ayudar. También está desesperado y tiene muy poco que dar. Cáritas Atenas trata de concienciar a la ciudadanía organizando distribución de alimentos en lugares públicos, como la Plaza Victoria, en donde los vecinos ayudan a distribuir los artículos. Sin embargo, a pesar de las dificultades que los mismos griegos están viviendo, la actitud de la gente en las islas ha sido de gran solidaridad. Muchos ciudadanos han donado su tiempo y recursos para darles víveres y ropa a los refugiados.

En Lesbos, por ejemplo, la dueña de un restaurante erigió una tienda de campaña en donde sirve sándwiches todos los días, pero no sabe cuánto tiempo podrá hacerlo ya que sus recursos también están mermando. Los servicios de comida y bebida que el gobierno griego había contratado para apoyar a los refugiados en algunas de las islas tuvieron que parar porque no se les había pagado en cuatro meses. En la isla de Cos, un viejo hotel llamado Capitán Ilias, un edificio medio destruido, está siendo utilizado como campamento de refugiados. Allí, las ONG y ciudadanos griegos están brindando la ayuda necesaria.

Irma Sofía Espinosa Peraldi / Cáritas Internacional