Cardenal Rouco: «Madrid necesita santos» - Alfa y Omega

Cardenal Rouco: «Madrid necesita santos»

«La sociedad madrileña necesita santos»; «la primera responsabilidad de la Iglesia diocesana es la de ofrecer un campo pastoral fértil» para la santidad, dijo el cardenal Rouco, al presidir la Misa solemne en el día del patrono de la ciudad, san Isidro. Los actos continúan hasta el domingo

Redacción
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«La sociedad madrileña necesita santos, y la primera responsabilidad de la Iglesia diocesana, ante el Señor que nos ha de juzgar, es la de ofrecerle un campo pastoral fértil y rico en auténticos y abundantes frutos de santidad», dijo el cardenal Rouco el jueves, al presidir en la Colegiata de San Isidro una solemne Eucaristía en honor al santo Patrono de Madrid. Concelebraron los obispos Auxiliares de Madrid, monseñor Fidel Herráez y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, miembros del Cabildo Catedral, y el clero parroquial. Asistieron a la Misa el Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y la alcaldesa de la Villa, Ana Botella, junto a miembros de la Corporación Municipal y cientos de fieles devotos del santo.

El cardenal Rouco se refirió a «san Isidro, nuestro Patrono, como un modelo de santidad, de máxima actualidad, que precisa y reclama urgentemente la situación crítica por la que atraviesan la cultura y la sociedad europea, española y madrileña. Los rasgos franciscanos que se adivinan en su vida y en la historia ulterior de su influencia espiritual sobre los fieles de la Iglesia en Madrid, han motivado el que algunos de sus biógrafos hablen del significado eclesial de él y de su tiempo como un preludio de san Francisco y del franciscanismo», dijo.

El arzobispo de Madrid resaltó que la devoción a san Isidro ha marcado a la Iglesia en Madrid durante ya casi un milenio. «La historia de la comunidad católica madrileña y de los rasgos que mejor tipifican su personalidad espiritual es impensable sin la devoción y veneración popular a san Isidro Labrador», añadió.

«La historia del Madrid de las ciencias, del arte y de las letras, del deporte, de la economía y de la política, del servicio a la sociedad… está poblada de nombres señeros, conocidos y admirados en España y en todo el mundo, pero ninguno se ha hecho tan popularmente famoso como el del sencillo labrador Isidro, nacido en Madrid sobre 1082, de familia mozárabe, criado de los Vargas, casado con María de la Cabeza, doncella igualmente humilde, que procedía de la localidad próxima de Torrelaguna. Más aún, la fama de san Isidro entre los madrileños crece y se intensifica extraordinariamente cuando Madrid, convertida en la capital de España por el Rey Felipe II, en cuyos dominios nunca se ponía el sol, abre el capítulo de la historia moderna de España y de Europa. La devoción popular de los madrileños a san Isidro Labrador llega a su momento más álgido el 12 de marzo de 1622 al ser proclamado santo por el Papa Gregorio XV en Roma junto con otros tres grandes santos españoles universales, Ignacio de Loyola, Francisco Javier y Teresa de Jesús, figuras claves en la apertura de los caminos de la renovación moderna de la Iglesia; junto con el italiano san Felipe Neri. Los Reyes, la nobleza y el pueblo llano rivalizarán en la consecución de la canonización y, siempre, en la promoción de la veneración y del culto al Patrono de Madrid, hasta nuestros días, sin una verdadera interrupción histórica, digna de mención. ¿Cómo se puede explicar lo que habría de ser considerado como una gran y llamativa paradoja a juicio de cualquier intérprete de la historia y a tenor de los criterios que habitualmente utiliza la razón histórica para valorar los acontecimientos y los personajes que la entretejen? La respuesta no parece admitir ninguna duda. Los madrileños apreciaron -y aprecian- la santidad de aquel humilde labrador, devoto de Dios y amigo de los hombres, por encima de cualquier otro mérito de sus conciudadanos del pasado y del presente, reconocidos con toda razón en su valor social y humano».

Actos en la Ermita del santo hasta el domingo

En los días siguientes a la fiesta del santo, se puede aún visitar el camarín donde se veneran su cuerpo incorrupto y los restos de su esposa, santa María de la Cabeza.

En la Ermita del Santo, que permaneció abierta durante toda la jornada del día 15, se abrirá el viernes 16, a las 17:00 horas, una Carpa, donde, de 18:00 a 21:00 horas, se desarrollará el espacio Ruega por Nosotros y Veneración a la Virgen de la Almudena. De 19:00 a 21:00 horas, habrá confesiones y bendiciones. Y de 20:00 a 22:00 horas, actuaciones en el Café-Bar. A las 21:00 horas habrá un acto mariano con procesión.

También se desarrollará el espacio Pon tu oración en el muro con San Isidro: cada madrileño puede poner su oración, para pedir con la ayuda del Santo que el Señor derrame su Espíritu y haga nueva esta Villa.

La Ermita permanecerá abierta de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 21:00 horas. Se podrá acceder a la Fuente de San Isidro hasta el próximo domingo, 18 de mayo.