El Grupo Santa Marta, contra el tráfico de personas - Alfa y Omega

El Grupo Santa Marta, contra el tráfico de personas

«Hemos creado un grupo de trabajo entre los Jefes de Policía y las organizaciones presentes en el Congreso, con el nombre de Grupo Santa Marta, como la casa donde reside el Papa Francisco». Éste es uno de los resultados de la Jornada contra la trata que tuvo lugar, a principios de abril, en el Vaticano

Cristina Sánchez Aguilar

Lo cuenta José María Moreno, comisario principal de la Comisaría General de Extranjería y presidente de la UCRIF (Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales), quien, junto a la religiosa adoratriz Aurelia Agredano, representó a España en ese Congreso. «Estos días han sido, sobre todo, una toma de contacto con el trabajo de la Policía y la Iglesia en otros países», afirma el comisario, y señala que, en España, «se echa de menos el sistema tan efectivo que tienen en Londres entre las parroquias y las fuerzas del orden». Después del verano, los miembros del Grupo Santa Marta se volverán a reunir en Londres «para proponer enfoques más prácticos» y para «organizar redes de colaboración, sobre todo con los países de origen de las víctimas que llegan a nuestro país», añade Moreno, que, junto al resto de los participantes, firmó una declaración por la que «exhortamos a la comunidad internacional a adoptar estrategias contra el tráfico de seres humanos y a respetar la dignidad de las personas».

La Conferencia Episcopal Inglesa, organizadora del Congreso, fue la primera que se ocupó de trabajar en red con las Fuerzas del orden, «lo que les ha dado una visión real de lo grave que es el problema en su país», dijo a Alfa y Omega monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y las Ciencias Sociales, y uno de los hombres designados por el Papa Francisco para liderar, en el Vaticano, los proyectos en torno a la erradicación de las esclavitudes modernas.

Por eso, las Conferencias Episcopales de Inglaterra y Gales, encabezadas por el arzobispo de Westminster, cardenal Vicent Nichols, se reunieron a principios de abril en la Academia presidida por monseñor Sorondo con mujeres víctimas de trata y un centenar de exponentes de las Fuerzas del orden de, al menos, veinte países, entre los cuales se encontraban España, Estados Unidos, India, Filipinas, Brasil, Reino Unido y dirigentes de la Interpol y de la Europol. En el Congreso participó también el cardenal John Onaiyekan, de Nigeria, país del que proceden un alto porcentaje de víctimas de trata en España, y también de mafias que operan en nuestro país.

El encuentro, con el título Combating human trafficking: Church and law enforcement in partnershipLa lucha contra el tráfico de personas: la colaboración entre la Iglesia y los cuerpos de seguridad-, tuvo como objetivo aunar los esfuerzos para construir entre la Iglesia, los cuerpos policiales y el testimonio de las víctimas, una red capaz de combatir el tráfico de personas. Para el arzobispo de Westminster, cardenal Nichols, este Congreso ha sido clave para mostrar «el trabajo que, desde hace años, hacemos con la policía londinense y que ha sido clave en la lucha contra la trata. De hecho, a medida que nuestra conciencia colectiva aumenta, también aumenta el número de mujeres que se salvan de las bandas criminales. También en el Congreso ha quedado patente que la Iglesia, especialmente a través de las religiosas, está capacitada para cuidar de las víctimas de tráfico humano, y puede, a través de la Iglesia en todo el mundo, trabajar en red con los países de origen de las víctimas», explicó a este semanario el cardenal inglés. «La esperanza de estos días de trabajo es que la colaboración que se ha desarrollado en Londres pueda servir de modelo para otros países», añadió. En el Congreso se debatió también cómo mejorar la actividad de la Iglesia en campos como la sensibilización social y la reintegración de las víctimas. Al finalizar el encuentro, el Papa Francisco recibió en audiencia a los participantes y se encontró con las víctimas y los jefes de policía.

Por otra parte, en un artículo publicado en el diario The Boston Globe, el Secretario de Estado norteamericano, el católico John Kerry, confiesa su «especial alegría y orgullo» por la futura colaboración de Estados Unidos con la Santa Sede en la lucha contra el tráfico de personas.