La Iglesia vive una auténtica revolución comunicativa - Alfa y Omega

La Iglesia vive una auténtica revolución comunicativa

En los dos últimos años, la Iglesia ha vivido una auténtica revolución a nivel comunicativo. Gran parte de las iniciativas que se han llevado a cabo en este sentido han tenido su origen, o impulso, en el español Gustavo Entrala, CEO de la agencia 101, y que lleva poco menos de 3 años asesorando comunicativamente a la Iglesia en la era digital. Entrala describe la cobertura informativa de la renuncia de Benedicto XVI como alucinante. «Fue un despliegue de medios que supone una adaptación de la Iglesia al siglo XXI en términos de comunicación». Twitter ha jugado un factor clave en esta revolución. La cuenta del Papa ha superado los 5 millones de seguidores en todo el mundo, y desde la elección de Francisco, los números aumentan a gran velocidad

José Calderero de Aldecoa

Gustavo Entrala, consejero delegado de la agencia de comunicación 101 y persona que introdujo a Benedicto XVI en Twitter, participó el domingo en el programa religioso de La 2 de TVE Últimas Preguntas, dirigido y presentado por la periodista María Ángeles Fernández. Durante la entrevista, Entrala habló sobre la revolución comunicativa de la Iglesia, la importancia de hacer bien el bien, sobre la última aplicación lanzada por el Vaticano y sobre la influencia de internet y la tecnología en la vida de las familias.

Entrala, que lleva cerca de 3 años asesorando a la Iglesia en temas de comunicación digital y que ha sido el impulsor de los últimos avances tecnológicos en el Vaticano, aseguró que «ha sido una auténtica revolución lo que se ha vivido en la Santa Sede en los últimos dos años». Todo empezó cuando en en el Vaticano estaban «dándole vueltas para ver como podían reaccionar con mayor velocidad a los acontecimientos de la Iglesia. Muchas veces la maquinaria de comunicación de la Iglesia iba tan lenta, que la calle o los medios de comunicación siempre iban por delante en cualquier crisis de comunicación o en cualquier anuncio que tuviera que hacer el Papa».

Tras un periodo de transición, ya es perceptible el cambio a nivel comunicativo, en la Iglesia. Por ejemplo, «cuando ocurrió la renuncia de Benedicto XVI, lo que la Iglesia hizo fue alucinante. Se retransmitió todo por vídeo, dieron accesos al viaje del Papa en helicóptero a Castel Gandolfo. Fue un despliegue de medios que supone una adaptación de la Iglesia al siglo XXI en términos de comunicación».

Otro claro ejemplo es la última aplicación para dispositivos móviles lanzada por Gustavo Entrala y el Vaticano, The PopeApp, una aplicación que permite al usuario ver en director todo lo que ocurre en el Vaticano. La aplicación «fue una idea que al Papa le hizo mucha ilusión cuando se enteró de que estaba el proyecto en marcha. Suponía que él pudiera estar presente en la palma de la mano de cualquier persona del mundo. Y eso va a seguir siendo así con todos los Papas».

Entrala también señaló otro beneficio de la aplicación: «Lo bonito es que, personas que nunca van a poder ir a Roma por estar en países muy distantes o porque tienen problemas económicos, pueden ver lo que está pasando en el Vaticano en ese momento».

Más de 5 millones en Twitter

Una de las iniciativas más importantes para esta revolución comunicativa de la Iglesia fue la entrada del Santo Padre en Twitter. Benedicto XVI se convirtió en el primer Papa con perfil personal en esta red social y en el primer Papa que escribía un tuit. Lo hizo el 12 de diciembre de 2012. Dos meses y 16 días después, Benedicto XVI publicaba su último mensaje de 140 caracteres como Sumo Pontífice, que fue recibido por sus más de 3 millones de seguidores. Llegaba la hora de la renuncia y, por tanto, de la sede vacante. También @Pontifex se puso en sede vacante. A pesar de que la cuenta estuvo inactiva durante 17 día, tiempo en el que transcurrió el Cónclave, fue elegido el nuevo Papa y Francisco publicaba su primer tweet, la cuenta se mantuvo estable. A partir de entonces, el Papa Francisco ha ido publicando mensajes progresivamente y los seguidores se han disparado.