Kon-Tiki. Cuando la verdad es un ideal por el que dar la vida - Alfa y Omega

Kon-Tiki. Cuando la verdad es un ideal por el que dar la vida

Llega a nuestra cartelera la película noruega que estuvo nominada a los Oscar el pasado año, como Mejor película de habla no inglesa; una película familiar, de aires clásicos, que nos trae recuerdos de los tiempos en que los hombres de mundo no sólo se movían por dinero o poder…

Juan Orellana
Escena de la pelicula Kon-Tiki

Es una alegría comprobar que el cine de aventuras no es patrimonio de Hollywood, y que los efectos especiales no tienen por qué tener la última palabra en dramas cuyo principal efecto especial es la humanidad de los personajes. Noruega, Reino Unido, Dinamarca y Alemania se unen en esta producción -la película Kon-Tiki– que reconstruye la aventura del joven antropólogo noruego Thor Heyerdah, que, en 1947, emprendió un viaje de ocho mil kilómetros en una balsa -la Kon-Tiki– a través del océano Pacífico, para demostrar la probable llegada de sudamericanos a la Polinesia hace 2.000 años.

La película comienza en 1920, en Larvik (Noruega), con un episodio que demuestra que Thor es un niño al que, cuando algo se le mete en la cabeza, no hay quien le detenga. De ahí damos un salto a 1937, cuando Thor (Pål Sverre Hagen) y su esposa Liv (Agnes Kittelsen) abandonan la isla de Fatu Hiva, en la Polinesia, después de una amplia estancia de carácter científico. Eran los años de la euforia de la antropología cultural, de los trabajos de campo de Margaret Mead y Claude Lévi-Strauss. Thor está convencido de la llegada de nativos sudamericanos a aquellas islas en tiempos remotos, pero los estudios oficiales daban por sentado el origen asiático de los pobladores polinesios. La película nos propone otro avance hasta diciembre de 1946 cuando, en Nueva York, Thor busca financiadores para su proyecto. Nadie cree en él excepto un vendedor de neveras, que decide invertir en esa sorprendente aventura. Comienza el reclutamiento de la tripulación y la epopeya de la Kon-Tiki.

Joachim Rønning y Espen Sandberg dirigen esta cinta que, aunque se centra en la anécdota aventurera, apunta otros aspectos de interés. Por un lado, dibuja un tipo humano hoy en retirada: el idealista que entiende que la vida es más grande que la propia pequeñez, el hombre que concibe el mundo como un lugar fascinante en el que merece la pena confiar. Un hombre que aún conserva ideales caballerescos por los que vale más la gloria de un servicio a la ciencia y a la Humanidad, que la seguridad de una chequera cebada. Es cierto que la pasión por el conocimiento de Thor le lleva a posponer la dedicación a su familia, con el drama que ello conllevó, pero su heroica esposa comprendió que intentar anclar a su marido en un piso de ciudad era enterrarle en vida.

Otro aspecto interesante es el diseño psicológico de los personajes que viajan en la Kon-Tiki. Al espectador le es fácil identificarse con alguno de los variados tipos humanos que pueblan la balsa: el temeroso, el duro, el frívolo… Las dificultades del viaje van sacando lo mejor y lo peor de cada uno, sin que llegue a desaparecer nunca esa educación de la época, en la que uno no debía nunca dejar de comportarse con caballerosidad.

La película combina momentos de inactividad, donde se hace patente el cansancio de errático viaje, con escenas de acción, como la tormenta o el ataque de los tiburones, resueltas siempre al modo europeo, sin los fuegos de artificio hollywoodienses. Tampoco faltan momentos de belleza natural a lo National Geographic, con lo que el resultado es una entretenida y atractiva película familiar de aventuras, que además da noticia de un curioso suceso real, y muestra a los más jóvenes los brillos de una época periclitada en aras de una sociedad materialista y podrida de mediocridad. Se echa de menos alguna referencia trascendente, que sería muy natural en el contexto que describe el film y daría un retrato humano mucho más completo.

Kon-Tiki
Director:

Joachim Rønning, Espen Sandberg

País:

Noruega

Año:

2012

Género:

Aventura

Público:

+7 años