Tres sacerdotes ordenados en una comunidad saqueada por Boko Haram - Alfa y Omega

Tres sacerdotes ordenados en una comunidad saqueada por Boko Haram

En Nigeria los desplazados regresan a sus hogares y la vida continúa a pesar de los atentados

Ayuda a la Iglesia Necesitada
Ordenación sacerdotal en Nigeria. Foto: AIN

Maiduguri, capital del Estado nigeriano de Borno, ha sido golpeada por nuevos atentados de Boko Haram, el último el pasado domingo 20 de septiembre con un balance, según varias fuentes, que va de 54 a 85 muertes.

A pesar de esto, los habitantes de la ciudad que la habían abandonado para huir de la violencia, están regresando. «Los residentes han comenzado a regresar a sus vidas», ha dicho a la edición inglesa de Radio Vaticana el padre Gideon Obasogie, Director de Comunicaciones Sociales de la diócesis de Maiduguri. Según una síntesis de la entrevista enviada a la Agencia Fides, el padre Obasogie ha afirmado que «varias aldeas, casas, escuelas, hospitales, puentes… han sido demolidos por las bombas de Boko Haram. La vida y los movimientos en esta parte de Nigeria son muy difíciles».

«Un gran número de nuestros fieles están regresando, pero están enfermos, hambrientos y traumatizados», dice el sacerdote. «Estas comunidades necesitan ayuda y por eso el Obispo de Maiduguri, Oliver Dashe Doeme, ha tomado la decisión inusual de enviar sacerdotes a aquellas comunidades donde la seguridad no está precisamente garantizada. Desea que los sacerdotes acompañen a la población mientras tratan de reconstruir sus vidas».

La ordenación de tres nuevos sacerdotes en una de las comunidades que han sido bombardeadas y saqueadas por Boko Haram ha sido un signo de esperanza. A pesar de los temores de nuevos ataques, los fieles han viajado incluso desde lugares distantes de la diócesis para asistir a la misa de ordenación.

El padre Obasogie por último ha declarado que «la administración del presidente Buhari está haciendo todo lo posible para poner fin a la insurgencia. Los soldados están avanzando y tomando las comunidades que estaban bajo el control de los terroristas. A pesar de esto, muchas personas viven con el temor de la presencia de terroristas suicidas en la ciudad y en los pueblos».