Francisco pide en la ONU medidas concretas contra la pobreza - Alfa y Omega

Francisco pide en la ONU medidas concretas contra la pobreza

«La casa común de todos lo hombres debe continuar levantándose sobre una recta comprensión de la fraternidad universal», decía el Papa al término de su discurso ante la Asamblea General…

Ricardo Benjumea
Francisco en la ONU. Foto: CNS

«La casa común de todos lo hombres debe continuar levantándose sobre una recta comprensión de la fraternidad universal», decía el Papa al término de su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pocas horas después, los representantes de los 193 países miembros aprobaban por aclamación los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que regirán hasta 2030 y que, en algunos aspectos, guardan notables sintonías con la encíclica Laudato si, entre otras cosas porque reconocen un estrecho vínculo entre los problemas sociales y los ecológicos.

Pero «no bastan los compromisos asumidos solemnemente», advirtió el Pontífice. «El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen organizado».

Era la quinta visita de un Papa a la ONU, y Francisco reafirmó «la importancia que la Iglesia católica concede a esta institución y las esperanzas que pone en sus actividades». Al mismo tiempo, pidió una reforma que dote a las Naciones Unidas de una mayor representatividad, especialmente al Consejo de Seguridad, su órgano ejecutivo.

El Papa, que alabó –sin citarlo expresamente– el reciente acuerdo entre los EE. UU. e Irán, pidió respeto a la letra y al espíritu de la Carta de las Naciones Unidas para la resolución de conflictos internacionales. Y no olvidó recordar «la dolorosa situación de todo el Oriente Medio, del norte de África y de otros países africanos, donde los cristianos, junto con otros grupos culturales o étnicos» sufren persecución.