Contra la falsa tolerancia - Alfa y Omega

Contra la falsa tolerancia

La libertad religiosa está amenazada en España y en Occidente. No se trata de una persecución violenta, sino de una asfixia creciente que afecta al derecho a la libertad de expresión y amenaza incluso el derecho a pensar de forma diferente, sobre todo en un tema fundamental: la familia. Numerosas voces apoyaron, en el Congreso Mundial de Familias, al obispo de Alcalá de Henares, monseñor Reig Pla, y señalaron que, para los cristianos, renunciar a nuestras convicciones supone una forma de apostasía

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

El panorama de la libertad religiosa en Europa no parece preocupante: se celebran Misas con normalidad y profesar el cristianismo no comporta el riesgo físico que supone actualmente en países como Nigeria o Pakistán… Sin embargo, tal como señaló en el Congreso Mundial de Familias el catedrático de Filosofía del Derecho don Francisco José Contreras, «la libertad religiosa no se agota en la libertad de culto, ni se limita a la posibilidad de profesar ciertas creencias en la vida privada: incluye también el derecho a participar en la vida pública y a expresar opiniones morales coherentes con las propias creencias». Por este motivo, se puede decir que «la libertad religiosa sí se encuentra amenazada en la Europa actual». Y puso como ejemplo el caso del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Reig Plà, quien «ha sido sometido, en las últimas semanas, a un linchamiento mediático implacable por haber sugerido que el estilo de vida homosexual es insatisfactorio».

Para don Francisco José Contreras, este panorama de tensión creciente responde a «la disonancia entre la ética cristiana y la nueva cultura dominante», que nace del mayo de 1968. Por eso se produce un «amordazamiento de las voces cristianas», ya que los cristianos «somos los últimos que recordamos que es sagrada la vida de todo ser humano, o que recordamos que el matrimonio no puede ser otra cosa que la unión definitiva entre un hombre y una mujer. Somos los aguafiestas, la única voz disonante».

Un nuevo dogmatismo

Ante esto, es preciso darse cuenta de que, «cada vez que los cristianos tercian en el debate público, se les quiere cerrar la boca con el pseudo-argumento de que están intentando imponer sus creencias a toda la sociedad. Hay que tomar conciencia de que el materialismo ateo es también una cosmovisión; y no hay que dejarse tratar como un ciudadano de segunda: tenemos derecho a exponer nuestras opiniones morales y a intentar convencer de ellas a los demás, en pie de igualdad con los no creyentes».

El matrimonio, un auténtico patrimonio de la Humanidad

Monseñor Juan Antonio Reig Plà, obispo de Alcalá de Henares, intervino en el congreso e identificó el sustrato ideológico que alimenta el pensamiento dominante hoy: «La revolución sexual, de mayo del 68, ha hecho su entrada con tres postulados muy definidos: la ruptura entre la sexualidad y la procreación; la ruptura entre la sexualidad y el matrimonio; y, finalmente, la desvinculación entre la sexualidad y el amor».

El presidente de la subcomisión episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, de la Conferencia Episcopal Española, dio cuenta de las amenazas que ha traído la revolución sexual a la sociedad del siglo XXI: «Se pretende deconstruir la sociedad a base de deconstruir el matrimonio y la familia; se quiere destruir la educación y la cultura, y destruir a la persona». Todo ello, a través de mecanismos como «la reasignación de sexo, la manipulación de embriones humanos, la reproducción asistida y una cultura que, propiciada por el emotivismo y la manipulación del lenguaje, pretende promover los postulados del feminismo radical, del lobby gay, del relativismo moral y de la filosofía constructivista», por la que uno podría construir a voluntad su propia identidad sexual.

Frente a ese intento de «reducir la orientación sexual a una simple opción», monseñor Reig Pla defendió que «hemos de resaltar el carácter institucional del matrimonio natural y el gran bien social que supone la familia. Hemos de presentar la institución matrimonial como la custodia del amor y la garantía de su perdurabilidad. El matrimonio es un auténtico patrimonio de la Humanidad».

Precisamente en apoyo de monseñor Reig salió el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia, que defendió en el Congreso que el derecho a la libertad religiosa «no se limita sólo a la libertad de culto, sino que también incluye el derecho a la manifestación pública de la fe y a la participación e influencia de los cristianos en la vida pública. Claro ejemplo de violación de este derecho es el ataque indiscriminado que ha sufrido Monseñor Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, por enseñar la doctrina de la Iglesia».

Claudicar es apostasía

Don Paul Herzog Von Oldenburg, presidente de la Federación Pro Europa Cristiana, denunció «la presión que sufren los cristianos para actuar en la vida pública contra sus convicciones», y puso como ejemplo los hospitales cristianos y los profesionales de la salud a los que se exige participar en operaciones de esterilización, o en la tramitación de abortos; o funcionarios a los que se obliga a colaborar en expedientes de uniones homosexuales; o los funcionarios obligados a dispensar la píldora abortiva del día después; o escuelas cristianas que tienen que admitir a profesionales homosexuales; o los padres que asisten a los lavados de cerebro de sus hijos en programas de educación sexual en la escuela… Subrayó también que «la dictadura del relativismo es la peor y más insidiosa forma de persecución religiosa»; y que «la renuncia a las propias convicciones es el equivalente a la apostasía».