«Este período histórico es decisivo y favorable» - Alfa y Omega

«Este período histórico es decisivo y favorable»

La ONU y otros organismos internacionales tratan de promover normas en contra de la vida y la familia. Muchas organizaciones han decidido dar la batalla en esos foros, para frenar y revertir los ataques

María Martínez López
La sede de la ONU, en Nueva York.

Desde hace años, se viene produciendo un «tsunami en política social y en el sistema internacional», que está generando un gran déficit democrático. Lo denunció, en el Congreso Mundial de Familias, Austin Ruse, presidente del Instituto Católico para la Familia y los Derechos Humanos (C-FAM). Se refería a las normas contrarias a la vida y la familia que entidades como la ONU «están imponiendo a los Gobiernos y los pueblos», aunque «nunca se han decidido o votado oficialmente. Se alcanzan a través de la traición, el engaño y el puro poder. Los que lo hacen no creen en el proceso democrático. Creen en su propia superioridad». Primero —narró—, se intentó conseguir un derecho al aborto explícito. La alianza de cristianos y musulmanes impulsada por Juan Pablo II en la Conferencia sobre Población y Desarrollo, de El Cairo (1994) lo impidió. Se recurrió entonces a hablar de salud reproductiva, concepto que «en ningún documento vinculante» incluye el aborto.

Para imponerlo, se usan estrategias como la del Comité de seguimiento de la Convención para la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW). Esta convención no contiene ninguna referencia al aborto ni a los derechos reproductivos. Aun así, este Comité, cuyos miembros «no representan a ningún Gobierno», la ha utilizado para presionar a 90 países para que legalicen el aborto. «El proceso de elaboración de estos tratados es largo y laborioso, y en gran parte democrático», matizó Ruse. Pero, en el Comité, «un grupo de particulares con una motivación ideológica se han arrogado la tarea de reescribirlos e intentar imponer su reinterpretación» a los Estados que los negociaron.

Sin embargo, esta ofensiva ha encontrado resistencia. El embajador estadounidense retirado Grover Rees habló, por ejemplo, de los Artículos de San José. Los elaboraron, el año pasado, en Costa Rica, 29 expertos en Derecho internacional, Medicina y Bioética. Su objetivo era proporcionar a los Gobiernos y a la población de los países provida datos y argumentos para defenderse de estas estrategias.

También el diputado italiano Luca Volonté afirmó que «está aumentando el impacto de las ONG a favor de la vida y la familia». Aun así, «es necesario dar un paso, en Europa, hacia una mayor acción y eficiencia» de estas entidades. «Este período histórico no es sólo decisivo, sino favorable a nuestras razones», añadió. Su intervención se centró en la posibilidad de tener impacto durante unas elecciones. Para ello, el trabajo ha de empezar a notarse antes de las mismas. Hace falta construir amistades políticas, que permitan introducir en los programas de los partidos los temas y medidas que se consideren necesarios. Además, los ciudadanos deben saber qué partidos «están comprometidos con la vida y la familia». Por otro lado, para que los compromisos se cumplan, «las ONG deberían pedir, sin miedo, garantías»; por ejemplo, que se elija a una persona de su confianza para puestos clave.

«Nunca ha habido un tiempo en que hicieran tanta falta hombres y mujeres buenos -concluyó el señor Ruse-. Nos enfrentaremos a los radicales en los tribunales; en los Parlamentos; en las universidades y en la plaza pública. Dondequiera que estén, ahí estaremos. Nunca nos rendiremos».