¿Qué está pasando en el Vaticano? Las dos lecciones del Vatileaks - Alfa y Omega

¿Qué está pasando en el Vaticano? Las dos lecciones del Vatileaks

Benedicto XVI y la Santa Sede están viviendo momentos de particular dificultad, a causa de la masiva filtración a medios de información de documentos confidenciales que han pasado directamente por la mesa del Papa. Es lo que el mismo portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, bautizó como el Vatileaks, la fuga de documentos internos. Ante estos hechos, resaltan la serenidad del sufrimiento del Santo Padre y su inmensa talla espiritual y moral

Jesús Colina. Roma

¿Qué pasa en el Vaticano? Veamos cuáles son los hechos y saquemos después las conclusiones.

No es la primera vez, ni mucho menos, que se registran filtraciones a la prensa en el Vaticano. Siempre se han dado. Frecuentemente, los católicos han tenido conocimiento de encíclicas, o de importantes decisiones del Papa por los periódicos. La novedad es que, hasta ahora, nunca se había dado una filtración tan ingente de papeles que habían pasado directamente por la mesa de Benedicto XVI. Se han violado todos los derechos deontológicos de cualquier persona de gobierno, reconocidos por los mismos Acuerdos entre la Iglesia y el Estado italiano. Los documentos en cuestión, pasados ilegalmente a periódicos, a un programa italiano de televisión, y recogidos globalmente en un libro que acaba de ser publicado en este país, revelan problemas de gestión en la Ciudad del Vaticano. Pueden leerse informes del hasta ahora director del Instituto de Obras de Religión (conocido como el Banco del Vaticano), o sobre el proceso de purificación que atraviesan los Legionarios de Cristo. A veces, se reproduce simplemente correspondencia privada dirigida al Papa, incluyendo donativos para la Santa Sede de personas conocidas en Italia.

Tras publicarse una primera serie de documentos, Benedicto XVI creó, en abril, una comisión de tres cardenales dirigida por el español Julián Herranz, de 82 años, expresidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos. La investigación experimentó una aceleración el 19 de mayo, cuando se publicó el libro que recoge todas estas revelaciones, en el que aparecía el balance económico de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedetto XVI. El documento, que demuestra una gestión sumamente seria y sobria, no había sido entregado al Archivo Vaticano y, por tanto, sólo era accesible a quien podía entrar en el despacho del Papa. De este modo, la Gendarmería vaticana pudo sorprender y detener a Paolo Gabriele, mayordomo del Santo Padre, al descubrir en su casa documentos reservados de la Santa Sede. Gabriele ha sido aislado en una celda vaticana para ser interrogado por dos jueces del minúsculo Estado pontificio, defendido por dos abogados, con todas las garantías que ofrece el sistema jurídico de la Santa Sede. La tarea de la Justicia consiste ahora en saber cuál ha sido el nivel de su implicación, los cómplices, los motivos, etc.

Por si fuera poco, uno de los nombres que más se citan en los documentos filtrados, el de Ettore Gotti-Tedeschi, presidente del Banco Vaticano, se ganó las primeras páginas de los periódicos, italianos y de todo el mundo, después de que el Consejo de Supervisión del Banco adoptara, por unanimidad, una moción de censura por no haber desempeñado varias funciones de importancia primaria para su cargo. El secretario del consejo, Carl Anderson, argumentó posteriormente estos motivos aclarando que no tienen nada que ver con la filtración de documentos, ni con las divergencias entre el antiguo presidente del Banco y exponentes de la Santa Sede. Según el Consejo, la decisión es simplemente por incumplimiento profesional de los deberes fundamentales ligados a su cargo y lo argumenta en un detallado memorándum.

Conclusiones

¿Cuáles son las conclusiones que pueden sacarse de los documentos robados de la mesa del Papa? La primera y más clara la saca el periodista autor de las filtraciones. En el prefacio de su libro, Sua Santità – Le carte segrete di Benedetto XVI (Su Santidad, los documentos secretos de Benedicto XVI), Gianluigi Nuzzi, reconoce que, en todos estos documentos, queda clara la estatura moral del Papa. En cada papel filtrado, como dice el periodista, se percibe a un Pontífice «con un deseo de luz y verdad».

Nunca en la historia se había violado tan repetidamente la intimidad del Papa. Nunca un pontificado ha sido analizado con tanta indiscreción. Los documentos filtrados muestran siempre el compromiso honrado del timonel de la Barca de Pedro por esclarecer la verdad, hacer justicia, purificar a la Iglesia.

En segundo lugar, de estos documentos, surge un lado muy humano de algunos colaboradores del Papa, ya sean laicos o eclesiásticos, con graves (y a veces curiosos) límites humanos, morales y de gestión. En ocasiones, los escándalos son graves o penosos. La Iglesia, siempre necesitada de reforma, tiene un camino importante que recorrer en el corazón de algunos de los colaboradores del Santo Padre, que han roto el juramento del secreto pontificio y han entregado a la prensa documentos confidenciales, que sacados de contexto, y con interpretaciones desviadas, parecen aún más escandalosos.

Cuando Benedicto XVI fue elegido Papa, muchos vaticinaron una reforma de la Curia romana, entendida como supresión o reforma de organismos vaticanos. Benedicto XVI no ha centrado su acción en la modificación de las estructuras. Desde el inicio de su pontificado, y con cada vez más insistencia, ha hecho apremiantes llamamientos a rechazar, en los hombres de Iglesia, el afán de hacer carrera, la búsqueda de posiciones de gobierno o prestigio… Este pontificado, en su relación con los sacerdotes, obispos, cardenales…, está siendo un continuo llamamiento a esa conversión interior, que debe vivir quien está al servicio de Cristo, junto al sucesor del apóstol Pedro. De eso —dice el Papa— depende la verdadera reforma de la Iglesia.