Pentecostés y Babel - Alfa y Omega

Pentecostés y Babel

Papa Benedicto XVI
Benedicto XVI

Podemos constatar cómo en nuestro mundo, aun estando cada vez más cerca unos de otros, gracias a los medios de comunicación, la comprensión y la comunión entre las personas muchas veces es superficial y difícil. El diálogo entre las generaciones se hace fatigoso; nos parece que los hombres se están haciendo más agresivos y malhumorados; comprenderse parece demasiado difícil y se prefiere permanecer en el propio yo, en los propios intereses…

La narración de Pentecostés contiene, en el fondo, uno de los grandes frescos que encontramos al inicio del Antiguo Testamento: la construcción de la Torre de Babel. Es la descripción de un reino en el que los hombres han concentrado tanto poder que llegan a pensar que no tienen que hacer ya referencia a un Dios lejano, y que son tan fuertes como para construir un camino que conduzca al cielo para colocarse en el lugar de Dios. Pero se verifica algo extraño… Mientras los hombres estaban trabajando juntos para construir la torre, vieron que estaban construyendo el uno contra el otro. Al tratar de ser como Dios, corrían el peligro de no ser ni siquiera hombres.

En nuestro mundo, con el progreso de la ciencia, Dios parece algo superado, sin percatarnos de que estamos reviviendo Babel. Hemos multiplicado las posibilidades de comunicar, pero ¿ha crecido la capacidad de comprendernos, o nos comprendemos menos?

En Pentecostés, donde había división, nacieron la unidad y la comprensión. Donde los hombres quieren hacerse Dios, pueden sólo ponerse el uno contra el otro. Donde, en cambio, se colocan en la verdad del Señor, se abren a su Espíritu, que los sostiene y une.

(27-V-2012)