La Cruz, camino para realizarse - Alfa y Omega

La Cruz, camino para realizarse

Papa Benedicto XVI
Benedicto XVI

¿Cómo es posible que Cristo, el Hijo de Dios vivo, pueda sufrir hasta la muerte? El apóstol Pedro se rebela, no acepta este camino, toma la palabra y dice al Maestro: ¡Lejos de ti, Señor! De ningún modo te sucederá eso. Aparece evidente la divergencia ente el designio del amor del Padre, que llega hasta el don del Hijo Unigénito en la cruz, para salvar a la Humanidad, y las expectativas, los deseos y los proyectos de los discípulos.

Este contraste se repite también hoy: cuando la realización de la propia vida está orientada únicamente al éxito social, al bienestar físico y económico, ya no se razona según la voluntad de Dios, sino según los hombres. Pensar según el mundo es dejar aparte a Dios, no aceptar su designio de amor, es casi impedirle cumplir su sabia voluntad. El Señor enseña que el camino de los discípulos es un seguirle a Él, al Crucificado. Pero esto significa seguirle en el signo de la cruz, como el camino del perderse a sí mismo, que es necesario para el hombre y sin el cual le resulta imposible encontrarse a sí mismo.

Como a los discípulos, también a nosotros Jesús nos dirige la invitación: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. El cristiano sigue al Señor cuando acepta con amor la propia cruz, a pesar de que, a los ojos del mundo, aparece como un fracaso y una pérdida de la vida, sabiendo que no la lleva solo, sino con Jesús, compartiendo su mismo camino de donación. Es necesario tomar la cruz para seguir a Jesús, siendo dóciles a la Palabra y dejándose transformar interiormente, para así saber distinguir siempre cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

(28-VIII-2011)