Aquilino Castillo, OFM: «Los jóvenes están buscando algo verdadero» - Alfa y Omega

Aquilino Castillo, OFM: «Los jóvenes están buscando algo verdadero»

Aquilino Castillo pertenece a la Orden de los Franciscanos Menores (OFM). Tiene 41 años y es de Titulcia (Madrid). En 1996, estudiando hebreo y árabe, visita Tierra Santa. Allí conoce a los franciscanos. Ha estudiado y vivido en Marruecos, Egipto, Túnez, Líbano, Siria, Israel, Palestina…
Es el encargado de las vocaciones de la Custodia de Tierra Santa

Javier Valiente

Perteneces a la Provincia Franciscana de Tierra Santa.
Sí, abarca Chipre, Rodas, Cos, Grecia, Líbano, Siria, Jordania, Palestina, Israel. Somos unos 300 frailes, unos pertenecemos a la Custodia, y otros han venido en servicio, por cuatro o diez años, o se quedan para toda la vida.

¿Cuál es tu trabajo como promotor vocacional?
Conmigo se ponen en contacto muchos jóvenes de todo el mundo, en las peregrinaciones, a través de Internet (franciscanvocations@yahoo.com; www.custodia.org), o de los comisarios de Tierra Santa en cada Provincia Franciscana. Yo voy haciendo grupos de jóvenes, los sigo, y voy a visitarlos. Por ejemplo, ahora hay dos jóvenes en Buenos Aires, cuatro en Brasil, cinco en Colombia…

Así que las vocaciones no son solo de jóvenes de allí.
No, no. Tenemos vocaciones de la zona, pero hay que tener en cuenta que nosotros somos 113.000 cristianos en toda Tierra Santa. De esos, la mitad son católicos, pero de las diferentes Iglesias. El número de latinos, como nos llaman, es reducido. La casa de acogida está en Belén y vienen jóvenes de Europa, Asia, América…

¿Qué les lleva a irse allí?
Creo que los jóvenes en todo el mundo buscan una radicalidad y Tierra Santa, sin pretenderlo nosotros, sí ofrece una radicalidad que es el testimonio de estar, permanecer, no solo físicamente, sino permanecer con una serie de obras sociales, escuelas… Hace poco llegó un muchacho de Corea. Estaba peregrinando solo, estuvo en Belén unos días y se acercó a la basílica de la Natividad preguntando cómo podía hacerse franciscano, porque le había gustado lo que había visto: la dedicación de los frailes, la liturgia… Hay caminos muy diferentes. Los jóvenes están buscando algo verdadero.

Cuando veo el conflicto en Tierra Santa siempre me pregunto cuándo terminará.
Hay falta de diálogo, hay agresiones continuas por las dos partes. Yo creo que el diálogo tiene que existir y se planteará. Ahora es más complicado con la situación de Siria, Yemen… Hasta que no se calme esta confrontación entre musulmanes suníes y chiíes, no se podrán retomar las conversaciones palestino-israelíes.

Y en medio, los cristianos, que están desapareciendo de allí.
La emigración ha sido muy grande a raíz del conflicto. Con todo este escenario alterado, lógicamente no hay peregrinaciones, no hay turismo, los negocios se cierran… Una familia ¿cuánto tiempo puede vivir sin trabajar? Llega una situación de empobrecimiento y la única solución para muchos es la emigración.

¿Cómo evitar el éxodo de cristianos?
Para evitar esto, nosotros tenemos escuelas con 20.000 alumnos, desde infantil hasta la universidad. Y todos los años damos casi un millón de dólares en becas universitarias.

También está el problema de la vivienda.
Sí, otro aspecto muy importante es la construcción de casas. Hay que pensar que, desde los tiempos de Saladino, ningún musulmán vende o alquila casas a un no musulmán. Lo que ha hecho la Custodia ha sido utilizar terrenos de conventos para construir casas; se han levantado más de 2.000.

Con lo que está sucediendo en Oriente Medio, ¿cómo entender el mundo musulmán?
Después de vivir con musulmanes de diferentes clases y países, me doy cuenta de que lo que tenemos es una inmensa masa humana de más de 1.300 millones, un núcleo muy pequeño de radicales, y un núcleo muy pequeño de intelectuales, gente con mentalidad muy abierta. Entre estos dos polos tenemos todo el Islam.

Nos horroriza todo lo relacionado con el llamado Estado Islámico.
Yo no creo que haya un Islam de gente mala, hay gente mala que está en el Islam, que se deja influir por ese grupo de radicales a las órdenes de las monarquías del Golfo y de grupos de presión islámicos radicales. El problema de esta zona ahora es que ha llegado una masa ingente de mercenarios de Afganistán, Chechenia, Libia…, gente radical y oportunista, y han encontrado un nido donde pueden dar rienda suelta al mayor desenfreno humano. Esto es una degeneración del Islam.