Colegialidad es misión compartida - Alfa y Omega

Colegialidad es misión compartida

De este Sínodo saldrá una Iglesia «saludablemente descentralizada» y con una conciencia misionera mucho más acentuada

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Foto: CNS

El Sínodo llega a su fin. Los padres sinodales votarán el sábado el documento final. Hay incógnitas sobre cómo quedarán reflejados algunos puntos concretos que han levantado controversia, como el espinoso asunto de la comunión de los divorciados vueltos a casar. Tampoco se sabe qué uso dará el Papa a todas estas propuestas. Lo que es seguro es que, del Sínodo, saldrá una Iglesia con una conciencia misionera más acentuada. Anunciar la belleza de la familia cristiana implica, según el diagnóstico que ha hecho la Asamblea, una renovación del lenguaje que permita conectar mejor con esos jóvenes que han dado la espalda al matrimonio o con todas aquellas personas que han experimentado dolorosos fracasos y que hasta ahora no han percibido a la Iglesia como madre acogedora.

Se pide un nuevo lenguaje pero, sobre todo, un renovado entusiasmo. «Todo bautizado, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de instrucción de su fe, es un sujeto activo de evangelización», afirmaba el sábado Francisco, citando la Evangelii gaudium, durante la conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos. La colegialidad que impulsa el Papa implica «una saludable descentralización» de las estructuras e incluso «la necesidad y la urgencia de pensar en una “conversión del papado”». Pero la reforma quedaría reducida a un mero trámite burocrático de reparto de competencias si faltara esa conciencia de que, del primero al último de los católicos, tomos somos responsables de anunciar a Jesucristo. Por el contrario, la conciencia de una misión compartida, firmemente enraizada en la comunión, hará de la Iglesia un lugar de escucha, «uno a la escucha de los otros, y todos en escucha del Espíritu Santo». Sin mundanas luchas de poder, porque la Iglesia debe ser como «una pirámide invertida», en la que quienes ejercen la autoridad «son los más pequeños de todos».

Todo esto se ha puesto en juego en este Sínodo, en el que han convergido la purificación de la Iglesia que impulsa el Papa y la necesidad de responder a los asedios que padece la familia, que es el elemento nuclear para la transmisión de la fe, la construcción de una sociedad sana y la propia felicidad del ser humano.