Ávila pide misericordia - Alfa y Omega

Ávila pide misericordia

Tras un año volcados en los actos del V Centenario del Nacimiento de santa Teresa de Jesús, la diócesis de Ávila comienza una nueva misión diocesana volcada en el Año de la Misericordia, con especial atención a los refugiados

José Antonio Méndez
Monseñor Jesús García Burillo, obispo de Ávila. Foto: EFE/Raúl Sanchidrián

«Os lo repito, hermanas: obras quiere el Señor». Tal vez haya sido esa frase de santa Teresa de Jesús la que haya recordado el obispo de Ávila, monseñor Jesús García Burillo, al publicar su primera carta pastoral tras la clausura del Año Teresiano, en torno al cual ha girado la práctica totalidad de la actividad pastoral abulense en los últimos doce meses. Porque en su escrito, titulado «Fui forastero y me acogisteis», García Burillo reclama a los fieles que, ahora que la diócesis inicia un nuevo periodo de misión diocesana, fijen «nuestra atención y nuestra consideración sobre el drama humanitario de los refugiados, a la luz del evangelio de la misericordia».

Un sistema económico injusto

En el texto, el obispo de Ávila carga contra un sistema económico «en el que prima el capital sobre las personas», así como contra «la injusticia y la corrupción, el drama de la guerra y la violencia de grupos radicales», que están obligando a muchas personas «a ponerse en angustiosa peregrinación, buscando medios de subsistencia y provocando así un flujo migratorio» sin precedentes. Sin embargo, monseñor García Burillo pide no caer en el mero lamento, y señala que la actitud de los cristianos «debe ser la misericordia ante el dolor de nuestros hermanos». Todo un reto, que «está dentro de un elenco de acciones que nacen de unas entrañas misericordiosas. Acciones que caracterizan a los que obran con un corazón grande y hace realidad la premura paterna de Dios que es solícita con todos», afirma el obispo, citando al Papa Francisco.

Tiempo de mostrar sensibilidad

El obispo de Ávila recuerda que la diócesis ya ha encomendado a Cáritas diocesana la coordinación de todas las acciones encaminadas a ayudar y acoger a refugiados que huyen de países en conflicto, y pide a los diocesanos un esfuerzo por hacer presente la misericordia de Dios, objetivo principal de la misión diocesana. «Ávila siempre ha dado muestras de ser una comunidad generosa con el que sufre», por lo que en este preciso momento «es tiempo de mostrar de nuevo nuestra sensibilidad ante el drama de miles de hermanos, y orar por ellos, abriendo nuestro corazón a la acogida», concluye.