El robo de documentos «es un delito, un acto deplorable que no ayuda». El Papa Francisco se refirió en estos duros términos al escándalo que sacude estos días el Vaticano y por el que ha sido arrestado el sacerdote español Lucio Vallejo y se tomó declaración a la laica italiana Francesca Chaouqui, ambos colaboradores del COSEA.
Según el Santo Padre, la sustracción y posterior publicación de los documentos, «no me desvía del trabajo de reforma que mis colaboradores y yo estamos llevando adelante». De hecho, el Papa ha asegurado que él y sus allegados ya conocían «bien aquellos documentos y se tomaron algunas medidas que comenzaron a dar frutos, incluso algunos visibles».
En este sentido ha querido mandar un mensaje de tranquilidad y de esperanza a los fieles: «Les pido que sigan rezando por el Papa y por la Iglesia, sin dejarse turbar, sino yendo adelante con confianza y esperanza».
Queridos hermanos y hermanas, sé que muchos de ustedes se han sentido turbados por las noticias que circularon en días pasados a propósito de documentos reservados de la Santa Sede que fueron sustraídos y publicados. Por esta razón quisiera decirles, ante todo, que robar aquellos documentos es un delito, es un acto deplorable que no ayuda.
Yo mismo había pedido que se hiciera ese estudio y mis colaboradores y yo, ya conocíamos bien aquellos documentos. Y se tomaron algunas medidas que comenzaron a dar frutos, incluso algunos visibles. Por esto quiero asegurarles que este triste hecho ciertamente no me desvía del trabajo de reforma que estamos llevando adelante, con mis colaboradores y con el apoyo de todos ustedes. Sí, con el apoyo de toda la Iglesia, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de todo bautizado. Por consiguiente, les agradezco y les pido que sigan rezando por el Papa y por la Iglesia, sin dejarse turbar, sino yendo adelante con confianza y esperanza.