Acompañar y servir - Alfa y Omega

Hace poco me llegó esta historia: «Paseaba cerca de mi casa y vi escondiéndose a una persona en la entrada de una alcantarilla. Mi reacción inmediata fue apartarme, pero pensé que podría necesitar ayuda y me acerqué.

Era un hombre de edad avanzada cuyo aspecto le delataba como un indigente. Entablamos conversación y pronto deduje que sus facultades mentales estaban alteradas: se alimentaba de los restos de comida de los contenedores de basura y bebía agua de los charcos. Contacté con los compañeros de la parroquia e intentamos que accediera a salir de su agujero, que consideraba “su casa”. Pero él no quería abandonar esa forma de vida. Cuando le llevábamos comida y ropa nos amenazaba con agredirnos. Así pasó la Navidad.

Pasada la fiesta de Reyes, a través de un paisano, me enteré de que en el centro de Madrid existía un comedor donde se atendía a los indigentes. Su responsable era un trinitario, y allí me dirigí en busca de consejo. Al entrar me encontré con un panorama inesperado: ¡Allí había más de sesenta personas desayunando, cuyo estado era igual o peor que el de la persona que tratábamos de sacar de la alcantarilla! Ante esta realidad guardé la corbata bajo la camisa y, sin más, me ofrecí para ayudar a lo que fuera necesario.

El padre Paulino me informó del gran número de necesitados que malvivían por las calles del centro, y me contó lo difícil que era modificar la situación de estas personas. Poco a poco me fui integrando en las tareas necesarias para el funcionamiento del comedor. Desde la jubilación, mi dedicación es plena.

Los primeros meses fueron muy duros ya que las personas necesitadas estaban muy deterioradas por enfermedades, alcoholismo, droga, prostitución… Pero poco a poco, con la ayuda de los demás voluntarios, me di cuenta de que ser cristiano no solo es rezar e ir a Misa, sino también compadecer, acompañar en el padecimiento y servir a los hermanos.

Y ¿qué pasó con el “pobre de la alcantarilla”? Conseguimos sacarlo de allí, alojarlo en un albergue y más tarde llevarlo a una residencia».