«Miradle y dejaos mirar por Él. Sin prisa» - Alfa y Omega

«Miradle y dejaos mirar por Él. Sin prisa»

Desde ayer y hasta mañana viernes, la principal actividad de la mañana de los peregrinos consiste en asistir a alguna de las 262 catequesis, en iglesias, santuarios y otros lugares de Madrid, Alcalá de Henares y Getafe. Las imparten cerca de 300 obispos, en diversas lenguas. Con ellos, los jóvenes peregrinos tienen la oportunidad de charlar, plantearles sus dudas y celebrar la Eucaristía. Éstos son fragmentos de tres catequesis de ayer, sobre Firmes en la fe:

Redacción

Experimento en Nueva York
Monseñor Joaquín López de Andújar, obispo de Getafe

Hace poco tiempo, se hizo un estudio muy curioso en Nueva York. A uno de los violinistas mejores del mundo, que acababa de dar un concierto espectacular en la ciudad, le dijeron que se vistiera con harapos y que tocase en el Metro. Pues bien, después de toda una mañana, tocando las mismas piezas, sólo le echaron treinta dólares y únicamente dos personas se pararon algo más de un minuto. Pero contó que lo que había sucedido fue para él una gran lección: lo más bello, lo más extraordinario, puede estar pasando a nuestro lado y no lo vemos.

Pensemos ahora en nosotros. En nuestra vida, hay algo extraordinario, algo maravilloso e impresionante: Jesucristo. Entre los que estamos aquí habrá experiencias diversas. Posiblemente todos somos conscientes de la importancia de este acontecimiento. Y es muy posible que, para algunos, ese descubrimiento de Jesús haya sido tan fascinante, que vuestra vida cambió radicalmente. Pero es probable también que otros muchos, aunque habéis conocido a Jesús y sabéis muchas cosas de Él, no habéis llegado a comprender toda su grandeza. Sois como aquellos que pasaban por delante del violinista sin darse cuenta de la belleza impresionante de la música que estaba interpretando. Le oían, pero pasaban de largo. En su cabeza y en su corazón había otras músicas, otras preocupaciones que les absorbían. Lo más que pensarían algunos sería: ¡Qué bella es esta música!, pero no tengo tiempo para escucharla.

Hoy, os invito a deteneros junto a Jesús. Os invito a mirarle y a dejaros mirar por Él. Hoy no tenemos prisa. Abrid vuestro corazón a su presencia y descubriréis con asombro que Él es capaz de responder a todas las aspiraciones y deseos más hondos que lleváis en el corazón.

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Sí, podemos conocer a Dios
Monseñor Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo

Sí, queridos amigos, la razón humana puede conocer a Dios con certeza. A poco que pensemos y no nos ofusquemos, caemos en la cuenta, por ejemplo, de que el mundo no puede tener su origen y su meta en sí mismo. En todo lo que existe hay más de lo que se ve. El orden, la belleza y la evolución del mundo señalan más allá de sí mismos, en dirección a Dios. Todo hombre está abierto a la Verdad, el Bien y la Belleza. Oye dentro de sí la voz de la conciencia, que le impulsa hacia el bien y le alerta ante el mal. Quien sigue esta pista razonable encuentra a Dios. Dios ha hablado, una y otra vez, a los hombres. Pero en Cristo nos ha abierto su corazón y mostrado claramente para siempre su ser más íntimo. Podemos conocer que existe Dios, pero sin su Revelación no podemos conocer cómo es Él. Eso es un gran tesoro: Cristo manifiesta al hombre y a la mujer el rostro de Dios. La fe ilumina la vida del creyente, la transforma, porque el hombre está hecho para Dios. Sólo con fe en Dios, mediante la cual el ser humano puede entrar en comunión con Él, estableciendo un vínculo de confianza, la vida encuentra su plenitud. Por todo ello, Jesús, que siempre se presenta hablando en nombre del Padre, alaba mucho la virtud de la fe e invita a sus discípulos a crecer en la misma. Y es que la fe es una elección de vida fundamental, pues creer en la Palabra de Dios dirigida a nosotros nos permite construir nuestra vida sobre roca.

Hablar hoy de adhesión personal, de verdad y apertura a ella, no os extrañe, queridos amigos, que produzca un cierto salpullido en la cultura dominante: no estamos ya acostumbrados a realidades firmes que nos orienten, en medio de tanta inestabilidad y modas imperantes. Pero os digo que así podréis adquirir una fe madura, sólida, que no se funda únicamente en un sentimiento religioso, o en un vago recuerdo del catecismo o catequesis de vuestra infancia.

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Arraigados en Cristo
Monseñor Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona

Hemos venido de muchos sitios diferentes para fortalecer nuestra fe en Jesucristo y dar un testimonio mundial de nuestra fe. Pero tenemos que preguntarnos qué significa ser cristiano en este mundo nuestro. En vuestros ambientes, no todos lo son. ¿Os habéis preguntado qué razones tenéis para ser cristianos?; ¿qué ventajas tenéis por el hecho de serlo?; ¿qué es lo que se pierden vuestros compañeros que no son cristianos?

Creer en Jesucristo es aceptarle como verdad de nuestra vida, como cauce de nuestra libertad. Casi os diría como copiloto. ¿Habéis visto esos rallys por las montañas o por el desierto? El conductor lleva a su lado a un copiloto que lleva los mapas y le va diciendo: Ahora viene esto; Conviene frenar; o Conviene acelerar… Pues creer en Jesús es aceptarlo como copiloto de nuestra vida. No somos muñecos, cada uno va al volante de su vida y es responsable de lo que hace. Pero contamos con Jesucristo que va a nuestro lado y nos dice cómo tenemos que actuar en cada momento. Eso es vivir arraigados en Cristo, eso es construir mi vida sobre el cimiento firme que vale para toda la eternidad.