20 de noviembre: beato Anselmo Polanco - Alfa y Omega

20 de noviembre: beato Anselmo Polanco

José Calderero de Aldecoa

Anselmo Polanco, español, ingresó en los agustinos con 15 años. En 1904 fue ordenado sacerdote y en 1935 obispo de Teruel. «Se distinguió por su amor a la concordia, su delicadeza de espíritu y su atención a la observancia religiosa», aseguran los agustinos. Murió mártir en la Guerra Civil española

El beato Anselmo Polanco nació en la palentina localidad de Buenavista de Valdavia en 1881. Con sólo 15 años ingresó en el convento de los agustinos de Valladolid. Fue en el Monasterio de Santa María de La Vid, en Burgos, donde completó sus estudios y fue ordenado sacerdote. En 1922 fue nombrado rector del Seminario de Valladolid y, diez años después, Provincial del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas. Según los apuntes biográficos recogidos por su orden, el beato siempre «se distinguió por su amor a la concordia, su delicadeza de espíritu y su atención a la observancia religiosa».

En 1935 fue nombrado obispo de Teruel. Su madre, al enterarse, exclamó: «Tú que siempre fuiste buen hijo, sé ahora buen padre».

Un año después de su nombramiento episcopal se desató la Guerra Civil española, siendo Teruel uno de las localidades más castigadas por los efectos de la contienda. Pero su obispo nunca abandonó a sus feligreses en aquellas trágicas horas.

El 8 de enero de 1938 se entregó, junto con un grupo de sacerdotes, al ejército del Frente Popular. Sus captores querían que el obispo retirara su firma de una carta conjunta del Episcopado que denunciaba la persecución que sufría la Iglesia en España, y que había tenido eco internacional.

El beato fue asesinado el 7 de febrero de 1939, poco antes de que terminara la Guerra. Sus captores lo mataron en Pont de Molins, Gerona, cerca de la frontera con Francia. En el lugar, los franquistas levantaron un monumento que llevaba escrito lo siguiente: «Caminante, por aquí huyó la furia roja, dejando como huella de su paso cuarenta mártires. Piensa en ellos con una oración».

Anselmo Polanco fue declarado mártir el 2 de julio de 1994 por el Papa Juan Pablo II, quien lo beatificó el 1 de octubre de 1995.