Los obispos critican la venta de armas «mientras se invoca la paz» - Alfa y Omega

Los obispos critican la venta de armas «mientras se invoca la paz»

José Antonio Méndez

Tras la Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, el secretario general y portavoz del episcopado, José María Gil Tamayo, ha recordado que «cualquier posible intervención militar» en Siria e Irak contra los terroristas del Daesh debe tener en cuenta «el principio de ingerencia humanitaria, el principio proporcionalidad y el principio del respaldo legal de la comunidad internacional». Sin embargo, «lo más importante» es, según Gil Tamayo, mantener la coherencia en la construcción de la paz: «Hay que ser coherentes. No podemos invocar la paz y permitir la venta de armas de forma masiva e indiscriminada, sobre todo cuando esas armas llegan a manos de quienes pueden usarlas para perturbar el orden internacional y para atacar a poblaciones indefensas». Y no puede haber coherencia, según el portavoz del episcopado, si se aboga por la paz «y estamos a la vez llenándonos los bolsillos». «Lo que hay que hacer siempre es buscar la paz», ha sentenciado.

No se puede matar en nombre de Dios

Gil Tamayo comparecía este viernes ante los medios mientras concluía la Asamblea Plenaria de la CEE, y ha aprovechado para ratificar la condena de los obispos españoles a los atantados terroristas como el que hacía una semana había ocurrido en París y como el que, en esos mismos momentos de la comparecencia, estaba ocurriendo en Mali. Por eso, ha pedido en nombre de los obispos españoles «un esfuerzo de la comunidad internacional para que se imponga la justicia y la paz» ante «la plaga del terrirismo», y ha recordado que «matar en nombre de Dios es una perversión del hecho religioso: no se puede matar en nombre de Dios».

Los refugiados no son delincuentes

Además, Gil Tamayo ha pedido que no se asocie la violencia con la religión musulmana, pues «cristianos y musulmanes somos creyentes en un único Dios» y «no podemos poner en cuestión la fe sincera de tantos millones de musulmanes» ante quienes recurren a la violencia para «imponer sus ideas». Por ese mismo motivo, el secretario general de la CEE ha explicado que «no se puede asociar a los refugiados con delincuentes», y ha reiterado «la disponibilidad de la Iglesia en la atención y acogida a los refugiados» que los obispo ya han transmitido a las autoridades.

Un Plan para saber cómo se está evangelizando

Ya al abordar los trabajos de la Asamblea Plenaria que los obispos han celebrado en Madrid desde el pasado lunes, Gil Tamayo ha confirmado que los obispos han aprobado el Plan Pastoral 2016-2020, con el título, «Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo». Se trata de un documento redactado por el cardenal Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona; el arzobispo electo de Barcelona, monseñor Juan José Omella Omella; el obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes; monseñor Ginés García Beltrán, obispo de Guadix; y el propio Gil Tamayo. El Plan Pastoral, que será presentado antes de la segunda quincena de diciembre, busca «evaluar cómo está evangelizando la Iglesia en España y cómo está haciendo presente a Jesucristo, porque esa es nuestra misión».

Asuntos económicos

Los obispos también han aprobado los balances y la liquidación presupuestaria del año 2014, los criterios de constitución y distribución del Fondo Común Interdiocesano, y los presupuestos de la CEE y de los organismos que de ella dependen para el año 2016, aunque como ha explicado el vicesecretario para asuntos económicos de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal (que ha sido reelegido para el cargo en esta misma plenaria), «los presupuestos son casi los mismos que lo recaudado el año anterior, porque aún no se ha liquidado lo que la CEE recibe a través de la casilla de la renta». En total, la CEE estima que a través de las aportaciones voluntarias de los españoles que marquen la casilla de la X, y lo que cada diócesis aporta por su número de habitantes, contarán con 264.379.529 euros para el próximo ejercicio. Giménez Barriocanal ha recordado, en este sentido, «el esfuerzo» que está haciendo la Iglesia en los últimos años por «trabajar con la mayor transparencia posible».