La paciencia, el secreto de una buena comunicación - Alfa y Omega

La paciencia, el secreto de una buena comunicación

La comunicación como encuentro, entre lo auténtico y lo concreto. Éste es el lema del encuentro que han mantenido en Atenas más de 30 obispos responsables de medios de comunicación social de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), y en el que monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián y Presidente de la Comisión de Comunicaciones Sociales de la CCEE, ha llamado a la necesidad de responder a los conflictos, también en el mundo digital, de «manera constructiva»

Rosa Cuervas-Mons
Los participantes en el encuentro de comunicaciones sociales, celebrado del 3 al 5 de noviembre, posan para la foto de familia en la ciudad griega de Atenas

¿Cómo debatir en Internet con alguien que piensa distinto a uno mismo? ¿Qué se hace con quien vive una realidad diferente? ¿Hay posibilidad para el encuentro en ese océano infinito llamado Internet? A estas cuestiones ha tratado de responder la treintena de obispos reunida en Atenas, del 3 al 5 de noviembre, en el encuentro de la Comisión de Comunicaciones Sociales de la CCEE y que ha contado con la participación del Presidente de la Comisión episcopal de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ginés García Beltrán.

Precisamente a esas preguntas trataba de responder el obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, con su ponencia sobre la comunicación a la luz de la Evangelii gaudium, que ofrece, a su juicio, cuatro criterios fundamentales. Cuatro pilares –el tiempo es superior al espacio; la unidad prevalece sobre el conflicto; la realidad es más importante que las ideas; la suma es superior a las partes– que hablan de una forma de comunicación construida sobre la paciencia, el amor al prójimo y la búsqueda de soluciones, no de victorias.

Alerta monseñor Munilla sobre uno de los males de la comunicación actual, «la deificación de la inmediatez», que lleva a sacar conclusiones precipitadas y, casi siempre, erróneas. Propone dar al tiempo su sitio, por delante del espacio, y evitar los juicios precipitados. «La buena comunicación -dice el obispo- requiere paciencia». ¿Y ante el conflicto? Aceptarlo, resolverlo y transformarlo en un deseo de mejorar en el futuro. En el ámbito de la comunicación -y más en el de la comunicación católica-, esto exige capacidad de escucha, de empatía, de aceptación de la crítica y de fe en la verdad. O, lo que es lo mismo: «El testigo de Cristo no bombardea con mensajes religiosos, sino que se da a sí mismo a los demás». Llegamos así al tercero de esos cuatro pilares de la buena comunicación: idea versus realidad. Explica el obispo que «quien habla de su vecino sin amar a su vecino no está comunicando», sino haciendo otra cosa muy distinta. Porque la realidad está por encima de las ideas, y porque (llegamos al cuarto criterio) «la suma es superior a las partes», monseñor Munilla apuesta por una comunicación que tenga una visión global, sí, pero que no descuide la necesaria «concreción en lo pequeño, simple y cercano».

Convencidos del cambio antropológico que ha supuesto Internet, los protagonistas del encuentro afrontan, junto con el resto de la Iglesia, el reto de hacerse presentes en la red manteniendo el equilibrio entre continente y contenido. Se trata de integrar la empatía para comunicar, con la verdad que se comunica. Y todo, con el ejemplo y la paciencia por bandera.

El cura de Harry Potter

Se llama Roderick Vonhögen, es sacerdote en la archidiócesis de Utrecht y es un bloggero empedernido. Todo empezó en 1996, con un blog sobre La Guerra de las Galaxias. «Me quedé fascinado con la cantidad de gente con la que pude contactar y charlar; gente a la que no habría llegado de ninguna otra manera», explica. Después de estudiar Comunicación Social en Roma, comenzó a abrir más blogs –Harry Potter, El Señor de los Anillos, Disney, Tintín…-, que le han permitido «llevar la buena noticia de Jesús a ambientes aparentemente hostiles», tal como explicó él mismo durante el encuentro de Atenas, en el que se expuso su caso. El medio es, para Vonhöen, la excusa para llegar a los demás y debatir, por ejemplo, sobre si Harry Potter tiene o no rasgos mesiánicos. Nuevos tiempos, nuevas formas de evangelización.