El creyente como anfitrión del increyente - Alfa y Omega

El creyente como anfitrión del increyente

José Francisco Serrano Oceja

En una conversación entre María Zambrano y el filósofo Carlos Díaz, este inquirió a la discípula de Ortega: –«¿Cómo puede uno llegar a través del racionalismo a la idea de Dios que tanto aflora en su obra?». –«Pero… ¡Dios mío!, si la idea de Dios es la más racional de la filosofía». –«¿No podría explicármelo un poco mejor?». –«No, evidentemente, no. Es que Dios se dice de muy diferentes maneras, y en España hay la manera especial de usar la palabra Dios como si fuera un pedrusco que le tiran a uno a la cabeza. Ello viene de ese algo muy español, que es el usar las palabras más bellas, más esperanzadoras, más respetables, como si fueran pedruscos».

Pensar sobre el ateísmo en la España de hoy significa culturalmente mucho. Lo que se suele hacer, tal y como ocurre en este libro que recoge las conferencias del curso Fe cristiana y ateísmo en le siglo XXI, organizado por la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, en el marco de los XXVII Cursos de Verano de la Universidad Complutense (julio 2014), es definir los conceptos para, abandonadas las metodologías apologéticas, realizar un ejercicio de comprensión. Este libro ayuda a pensar lo que significan, teórica y prácticamente, las denominaciones de ateísmo –contribución de Manuel José Crespo Losada–, sus orígenes y desarrollos históricos –ponencias de Leopoldo José Prieto López, Gabriel Albiac–, las perspectivas de diálogo y fecundidad para la filosofía y la teología –aportaciones de Gerardo del Pozo, Gemma Serrano y Pierangelo Sequeri–, y sus aplicaciones al momento presente –texto final del cardenal Rouco Varela–.

El ateísmo, según la certera definición de Xavier Zubiri, es «la posibilidad siempre presente en un ser espiritual como es el hombre, y en consecuencia, en un ser potencialmente infinito, o abierto a la totalidad de lo real, de sentirse desligado, independiente, autofundado». «No se trata –dirá Zubiri más adelante–, por tanto, de negar a Dios, sino de ponerse de acuerdo sobre quién es el que es Dios». Cuando se estudia el ateísmo se habla de muy diversas realidades: desde la oposición abierta a Dios a la indiferencia, de la muerte de lo religioso al desencanto. Pero siempre hay una referencia básica a la concepción prometéica, en palabras del teólogo Sequeri, a la evolución del yo pensante, moderno fundamento epistémico del sujeto (autoconciencia), que progresivamente toma la forma del nuevo fundamento antropológico (autodeterminación) y del nuevo fundamento ontológico (autorrealización). La «salida de la religión» –M. Gauchet–, las consecuencias del diálogo entre religión y cultura –Olivier Roy–, o el vaciamiento de G. Vattimo, acompañan el tránsito de una explicación metafísica del mundo a la vía existencial de una interpretación antropológica de la fe. Un camino que la teología reciente ha recorrido como respuesta a la pérdida de reactividad del saber sociocultural en lo referido al reconocimiento de Dios como realidad en la que está el origen de cada cosa y destino del hombre.

Fe cristiana y ateísmo en el siglo XXI
Autor:

G. del Pozo-I. Serrada (eds.)

Editorial:

Ediciones Universidad San Dámaso