¿Por qué acude el Papa a Turquía? - Alfa y Omega

¿Por qué acude el Papa a Turquía?

El principal objeto de la visita del Papa es el encuentro con el Patriarca. Con él abordará seguramente la cuestión de los cristianos en Oriente Próximo o de los refugiados procedentes de Irak y Siria

Ayuda a la Iglesia Necesitada
Catedral Espíritu santo

El Papa Francisco estará en Turquía del 28 al 30 de noviembre. Primero visitará Ankara, la capital, y luego se desplazará a Estambul para reunirse con el Patriarca Bartolomeo. Este viaje, de gran valor simbólico, se inscribe en una tradición iniciada por Pablo VI, quien en 1967 se reunió con Atenágoras, el Patriarca de entonces. Dicho encuentro fue un paso histórico para un Pontífice romano y un prelado ortodoxo, pues no hay que olvidar que ambos mundos –el ortodoxo y el católico– se separaron a raíz del cisma de 1054. La visita de Pablo VI al Bósforo ha permanecido en la memoria de los habitantes de más edad de Estambul, que todavía la recuerdan. Después, la tradición arraigó y cada Santo Padre ha visitado Turquía al poco de su elección, invitado conjuntamente por el Patriarcado Ecuménico y las autoridades turcas. Juan Pablo II viajó al país en 1979, al inicio de su pontificado y con ocasión de la festividad de San Andrés, el apóstol evangelizador de la segunda Roma, según la tradición. En 2006, la visita de Benedicto XVI también dejó una impresión duradera. En el corazón de Estambul hay signos exteriores visibles de esta visita en la gran Avenida de Istiklâl, en el recinto sagrado de San Antonio de Padua, donde han colgado un inmenso retrato del Papa y del Patriarca.

A diferencia de otras visitas, Francisco no acudirá a Izmir –la antigua Esmirna–, pese a ser la sede de un obispo católico, ni a Éfeso, en la costa del mar Egeo, que es un lugar importante de la historia del cristianismo. En esta última ciudad romana, es donde Pablo comenzó a predicar y donde derribó los ídolos, y donde tuvo lugar el Concilio de 431, que consagró el título de Madre de Dios (Théotokos) para la Virgen María.

En Ankara, tras los encuentros protocolarios con el presidente Tayyip Erdogan y el ministro de Asuntos Religiosos, el Papa visitará el monumental mausoleo de Atatürk, el fundador de la República, en muestra de amistad. Al día siguiente, en Estambul, Francisco acudirá a Santa Sofía –la gran Iglesia del mundo ortodoxo– en compañía del Patriarca. Esta es desde 1934 un museo, pero hay corrientes islamistas que quieren volver a transformarla en la mezquita que fue tras la conquista de la ciudad por los otomanos en mayo de 1453. Acompañado por el Muftí de Estambul, Rahmi Yaran, el Papa se encaminará después a pie a la mezquita cercana de Sultan Ahmet. Por la tarde, celebrará una Misa para los católicos turcos en la catedral del Espíritu Santo en Harbiyé. Al día siguiente, participará en las celebraciones de la festividad de San Andrés en compañía del Patriarca en la iglesia patriarcal de San Jorge, en el antiguo barrio griego de Fanar.

Mezquita azul

Un Papa «muy sensible al ecumenismo»

«Hemos recibido más de 500 solicitudes de la prensa, pero solo podemos aprobar una treintena, pues nuestra iglesia es pequeña…», explica el padre Dositheos Anagnostopulos, responsable de la comunicación del Patriarcado ortodoxo. El verdadero objeto de la visita pontificia es el encuentro con el Patriarca Ecuménico, que es importante para las Iglesias aunque ambos se conozcan ya bien. Bartolomeo, en un gesto que fue muy destacado, acudió a Roma a la entronización del nuevo Papa en marzo de 2013, y después se encontraron en mayo pasado en el Santo Sepulcro en Jerusalén y, algunas semanas después, en los jardines del Vaticano para una invocación común por la paz.

«El Papa es muy sensible a la promoción del ecumenismo entre nuestras dos Iglesias hermanas. Si viene a Constantinopla, lo hace para promover la marcha en pos de la unidad. El ecumenismo es un largo camino. En el mundo actual, se trata de un símbolo muy poderoso para mostrar que las Iglesias se ven y se hablan… Las divisiones pertenecen a la historia. Todos los años, por la fiesta de san Andrés, una delegación del Vaticano está presente en Fanar», explica el monje franciscano Gwénolé Jeusset de Santa María Draperis, una de las iglesias del barrio de Beyoglu. El Patriarca ya mostró en el pasado su interés por esta cuestión: «No se trata únicamente de reiterar el fuerte compromiso ecuménico iniciado hace cincuenta años, sino de intensificar los encuentros para franquear una nueva etapa en pos del restablecimiento de la plena comunión entre nuestras Iglesias hermanas. Debemos lanzar una señal visible de que el ecumenismo no pierde fuerza». En octubre pasado, en Estambul, él mismo dio una conferencia en italiano -lengua que habla de corrido como el francés y el inglés- para celebrar la canonización de San Juan XXIII, quien fue Nuncio romano en Turquía.

Catedral Espíritu santo

Refuerzo para el Patriarca Bartolomé

Sin duda, la faceta política de esta visita refuerza al Patriarca en su posición en Turquía. Las razones de la disputa son numerosas: la cuestión de las propiedades de la Iglesia –inmuebles y terrenos–, la reapertura de determinadas iglesias al culto como el monasterio de Sumela, cerca de Trabzon y a orillas del Mar Negro, o, más importante, la reapertura del seminario ortodoxo de la isla de Halki, cerrado arbitrariamente en 1971. Situado a una hora en barco desde Estambul, un puñado de monjes se encarga de conservar el edificio. Las aulas se encuentran en el mismo estado que hace cuarenta años, y recientemente se ha hecho inventario de la riquísima biblioteca del monasterio. «Lo que venimos reivindicando desde hace mucho tiempo junto con las demás Iglesias presentes en Turquía, como los armenios y los siríacos», señala monseñor Louis Pelâtre, Vicario Apostólico latino de Estambul, «es el reconocimiento jurídico de nuestros estatutos, pero esto, de momento, no lo considera necesario el sistema de la República turca. Carecemos de personalidad jurídica y, por tanto, oficialmente, no existimos(!). Llevo 44 años en Turquía, y sobre esta cuestión, al igual que sobre la del seminario de Halki, no he visto ninguna evolución, ninguna. Sé que los ortodoxos sufren mucho por esta razón…».

Preocupación por Irak y Siria

Finalmente, la situación de los cristianos en Oriente Próximo, en Irak y en Siria, tras los dramas de este verano, sin duda será tema de conversación entre el Papa y el Patriarca. Turquía, lugar de pasaje de los emigrantes, afronta una guerra que se desarrolla a sus puertas y la nefasta influencia del Estado Islámico. Luego está también la cuestión de los refugiados, pues Turquía alberga más de dos millones de sirios y muchos refugiados de Irak y del África Negra. El Papa Francisco hizo su primer viaje a la isla de Lampedusa para sensibilizar a las autoridades europeas frente a estos dramas humanos. Desde hace algunos años, las iglesias de Estambul están de nuevo llenas por la presencia inesperada de estos miles de creyentes. A veces, el clero está desbordado. «El domingo por la mañana, en la catedral, se suceden cuatro Misas, cada una en una lengua diferente. Los rostros de estos desgraciados son los de la Iglesia Universal. En nuestro contacto con ellos recuperamos el sentido primigenio del Evangelio…», concluye el hermano Gwénolé.

Y luego está la delicada cuestión para Turquía de la evocación -o no- del genocidio armenio, ante el cual el Papa Francisco mostró una gran sensibilidad al evocar en junio pasado las persecuciones ante el Catholicós armenio Aram I. Sin lugar a dudas, el Papa será acogido con alegría por todas las comunidades cristianas turcas, pero también por un gran número de turcos musulmanes que son sensibles a su discurso de apertura y diálogo.

Ayuda la Iglesia Necesitada en Turquía

Aunque la población cristiana en Turquía apenas roza el 0,3 %, Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha financiado 100 proyectos en Turquía en los últimos veinte años.

Mezquita azul

Una cantidad significativa de la ayuda de AIN ha ido destinada a los refugiados iraquíes y sirios en la parte oriental del país. Desde 2010, AIN ha donado un total de 130.000 € a los refugiados iraquíes, principalmente a través de la Iglesia Caldea y los Padres Salesianos en Estambul. Los salesianos atienden a las familias y ponen un especial interés en asegurar que los niños sigan recibiendo una educación escolar.

Desde que comenzó la crisis en Siria, AIN también ha ayudado a los refugiados sirios en el este de Turquía. De 2013 a 2014 AIN ha donado un total de 47.000 € destinados a cubrir sus necesidades.

Sébastien de Courtois. Estambul / AIN