El rostro de la paz en África - Alfa y Omega

El rostro de la paz en África

La vida de Victor Ochen (Lira, Uganda, 1981) es como un cuadro impresionista en el que se han alternado trazos burdos, de brocha gorda, con otros más sutiles, perfilados por un pincel fino. Su madre, Pophia…

Javier Fariñas Martín
Victor Ochen, durante una marcha por la paz en Uganda. Foto: Mundo Negro

La vida de Victor Ochen (Lira, Uganda, 1981) es como un cuadro impresionista en el que se han alternado trazos burdos, de brocha gorda, con otros más sutiles, perfilados por un pincel fino. Su madre, Pophia Alum, le trajo a este rincón del este africano acompañado de otro hermano, con el que compartió nueve meses en el vientre de su madre. Desde muy pequeño, esa gran profesora que es la historia se encargó de proponer una dura lección a Victor y a su familia; una lección que hablaba de violencia, de violencia y de más violencia. Así seguida, una detrás de otra: la del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), la guerrilla del archiconocido y todavía desaparecido Joseph Kony; la del propio Ejército ugandés; y, para culminar, la de los ladrones de ganado que hacían la vida imposible a los habitantes de Lira y su entorno. Violencia, pero también hambre. No fueron una ni dos ni tres las ocasiones en las que la familia Ochen podía completar solo una comida al día.

Ante tal panorama, Pophia Alum solo tenía una opción: alejar lo más posible a sus hijos de la violencia, hacerles prometer que nunca aprenderían a usar un arma, y que, como buenos hijos de agricultores, su trabajo sería sembrar la paz allí donde estuvieran, ya fuera un campo de refugiados –donde pasaron cinco años–; en ese colegio que tuvo que abandonar con frecuencia porque no podía costear sus estudios, o en los múltiples trabajos que tuvo que desempeñar durante su infancia y juventud. A pesar de todo, Victor completó Primaria, Secundaria y comenzó sus estudios universitarios. Todo parecía funcionar hasta que las huestes de Joseph Kony atacaron su comunidad, un ataque en el que uno de sus nueve hermanos y un primo desaparecieron y nunca fueron encontrados.

En ese contexto, en 2005 fundó la African Youth Iniciative Network (AYINET), dedicada a la promoción de la paz. Para conseguirlo, la ONG puesta en marcha por Ochen ofrece programas de asistencia psicológica, tratamientos para personas discapacitadas a causa de la violencia y cursos sobre resolución de conflictos, tolerancia y promoción de la paz.

Este trabajo es el que le ha valido varios reconocimientos, como el de la prestigiosa revista Forbes, que le incluyó en 2015 como uno de los diez hombres más influyentes del continente africano. Según la publicación, «Victor es una de nuestras nuevas esperanzas para África. Es potencialmente el nuevo rostro para representar en África la paz y la reconciliación». El año pasado también estuvo entre los últimos candidatos al Premio Nobel de la Paz, galardón que al final obtuvo el Cuarteto para el Diálogo Nacional de Túnez. Y ahora, como punto y seguido a un trabajo y a un compromiso inquebrantable en favor de la paz, la revista Mundo Negro le ha concedido el Premio a la Fraternidad 2015, que el próximo sábado, 6 de febrero, le entregará el provincial en España de los Misioneros Combonianos, el padre Ramón Eguíluz, en el transcurso del XXVIII Encuentro África –Antropología y Misión–, que se celebra en Madrid desde mañana hasta el domingo.