Crisis de humanidad en Europa - Alfa y Omega

Crisis de humanidad en Europa

En plena tragedia en el Egeo, la presidencia de turno de la UE propone enviar barcos no para auxiliar a los náufragos, sino para deportar a los supervivientes

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Foto: REUTERS/Darrin Zammit Lupi

Holanda ha adelantado las bases de un plan para devolver en ferri hasta Turquía a cualquier persona sin papeles que llegue a Grecia. Serán expulsiones sumarias. Nadie les preguntará si huyen de la guerra o del hambre. La Comisión Europea criticó en el pasado a España por las devoluciones en caliente en Ceuta y Melilla, pero se pone de perfil ahora que la práctica se va generalizando y Holanda pretende institucionalizarla.

La propuesta de la presidencia de turno de la Unión Europea supondría aceptar a un par de cientos de miles de los 2,5 millones de refugiados que hay en Turquía, y repartirlos equitativamente entre los Veintiocho. El cambalache –previo pago a Ankara de los 3.000 millones prometidos– permitiría salvar Schengen, el acuerdo que consagra la libre circulación de personas, amenazado por la negativa de varios estados a acoger a refugiados. Alemania, que recibió a 1,1 millones solicitantes de asilo en 2015, amaga con sumarse al cierre de fronteras a menos que otros países compartan la carga. Sería el golpe de gracia al tratado. Y colateralmente –advierte la Comisión– al euro.

El consenso que se perfila en Europa tiene como chivo expiatorio al extranjero. Varios países anuncian deportaciones masivas de personas a quienes se les niegue el asilo y severas restricciones al derecho de reagrupación familiar. Otros requisarán los bienes de los refugiados para financiar su sostenimiento. Y las mafias están al acecho. Según Europol, al menos 10.000 niños refugiados han desaparecido al llegar a Europa. Se cree que muchos han acabado en redes de explotación sexual o laboral.

Quizá Schengen se salve, pero en esta crisis hay algo mucho más profundo en juego. Están amenazados los principios más básicos de humanidad cuando, en plena tragedia en el Egeo, se envían barcos no para auxiliar a los náufragos, sino para deportar a los supervivientes, que seguramente volverán a jugarse la vida a la desesperada para intentar cruzar a Grecia.