Kiril, líder de cien millones de rusos - Alfa y Omega

Kiril, líder de cien millones de rusos

Su encuentro con el Papa se producirá en un momento muy delicado para Rusia en el terreno internacional

ABC

El motivo del primer encuentro de la historia entre un Papa y un patriarca ortodoxo ruso, según el Metropolita Hilarión de Volokolamsk, el segundo en la jerarquía eclesiástica rusa y habitual portavoz del Patriarcado, será tratar «la persecución de que son objeto los cristianos en Oriente Próximo y en África».

La cuestión está ahora muy de actualidad, especialmente en la desgarrada Siria, país en donde está interviniendo la aviación rusa. Pero hay además una larga lista de asuntos pendientes entre las dos iglesias después de casi un milenio de desencuentro.

Lo que más ha preocupado siempre a la Iglesia rusa ha sido la disputa por los templos que los católicos ucranianos, los uniatos, recuperaron por la fuerza a los ortodoxos, tras la desintegración de la URSS, y el envío de misioneros a zonas que el Patriarcado de Moscú considera de su influencia. Este problema ha sido siempre para Moscú el impedimento fundamental que hizo imposible que ningún papa romano pudiera entrevistarse con la máxima autoridad eclesiástica rusa. Hilarión dijo ayer que el Patriarca Kiril aceptó Cuba como escenario para esta histórica reunión «porque no quería que se celebrara en Europa».

Sin embargo y pese a las discrepancias, el Metropolita de Volokolamsk sostiene que católicos y ortodoxos tienen muchas cosas que hacer juntos. «Los cristianos ortodoxos y los católicos deberíamos ser solidarios ante la actual ola de laicismo que azota Europa», afirmaba recientemente en una de sus habituales comparecencias.

Hilarión cree que el Viejo Continente «está perdiendo su identidad cristiana y debemos trabajar juntos para contrarrestar esa nefasta tendencia». Y es que las dos iglesias comparten el mismo punto de vista sobre la eutanasia, el aborto, el matrimonio homosexual, el sacerdocio femenino y otras muchas cosas.

No obstante, más allá del estricto contenido religioso, muchos analistas rusos especulan con la posibilidad de que Kiril aproveche la ocasión para sugerir a Francisco que, como ya hizo en el caso de Cuba y Estados Unidos, medie también para ayudar a suavizar el actual enfrentamiento entre Rusia y Occidente.

El presidente Vladimir Putin, que se presenta a sí mismo como el impulsor del actual renacimiento religioso de Rusia y mantiene una estrecha relación con Kiril, está completamente aislado y su país bajo sanciones por la anexión de Crimea y su apoyo a los separatistas del este de Ucrania. Esta simbiosis entre Estado e Iglesia en Rusia o, más bien, entre Putin y el Patriarca ha acarreado a éste último no pocos problemas y críticas de la oposición.

Kiril se posicionó claramente a favor de la candidatura de Putin en las elecciones presidenciales de 2012. Una de las acciones de protesta contra él por ese gesto fue la protagonizada por el grupo punk Pussy Riot en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, algo que el jefe del Kremlin tachó de «inadmisible». Según su parecer, «la Iglesia es un aliado natural del poder político».

El Patriarca ruso sembró también la controversia cuando dijo que los soldados rusos enviados a invadir Ucrania son «tropas de paz». La última polémica en torno a su persona estalló el mes pasado en el seno de algunos sectores de la sociedad rusa cuando aseguró que la participación de Rusia en la guerra de Siria es «justa» y tiene carácter «defensivo» para contener el terrorismo.

Vladímir Mijáilovich Gundiáyev, así se llamaba Kiril antes de ordenarse, fue elegido por el Concilio de la Iglesia Ortodoxa rusa el 27 de enero de 2009 y entronizado cinco días después, el 1 de febrero, en la Catedral de Cristo Salvador. Habla perfectamente inglés, francés, alemán y es un gran orador. Su facilidad de palabra le viene de haber dirigido durante años un programa de televisión para promover la fe. Fue además rector de la Academia Teológica de San Petersburgo y obispo de Víborg.

Antes de ser puesto al frente de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, que nació en San Petersburgo el 20 de noviembre de 1946, era metropolita (arzobispo) de Smolensk y Kaliningrado y uno de los siete miembros permanentes del Santo Sínodo.

Tras años de complacencia de la Iglesia Ortodoxa Rusa con un poder corrompido y autoritario, los creyentes esperaban que Kiril hubiera denunciado los abusos y perversiones de la élite rusa. Su predecesor, Alexis II, prefirió mirar para otro lado para no malograr el proceso de devolución del patrimonio que los comunistas confiscaron a la Iglesia tras la Revolución Bolchevique.

Pero el actual Patriarca ha demostrado estar todavía más comprometido con el actual poder político que Alexis II. Según cifras del Patriarcado de Moscú, en toda Rusia hay unos 100 millones de creyentes ortodoxos sobre una población total de casi 143 millones. Se trata de la segunda confesión cristiana más importante en todo el mundo tras los católicos.

Rafael M. Mañueco / ABC. Moscú