En las parroquias, huchas para depositar el valor de aquello de lo que prescindimos en Cuaresma - Alfa y Omega

En las parroquias, huchas para depositar el valor de aquello de lo que prescindimos en Cuaresma

El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, ha presidido esta tarde en la catedral la Misa con motivo del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. En su homilía, ha incidido en que, tanto «para nosotros los cristianos como para todos los hombres», el tiempo que ahora comenzamos es un «tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquel que es la fuente de la misericordia: Jesús»

Rodrigo Pinedo

Para vivirlo profundamente, el prelado ha subrayado la necesidad de rasgarse el corazón: «Rasgaos vuestros corazones, no las vestiduras. […], es importante que tengamos el atrevimiento y la osadía de abrir nuestro corazón, […] que salga todo aquello que no es de Dios». También ha pedido que «hagamos posible todos nosotros el aceptar la propuesta que nos hacía el apóstol san Pablo en esa segunda lectura de la Carta a los Corintios: que os reconciliéis con Dios». Y citando a san Juan Pablo II, ha recordado que «el Reino de Dios no es un concepto o un programa», sino que es, ante todo, «una persona que tiene rostro, que tiene nombre: Jesucristo». «Atrévete a pintar el cuadro de la belleza del amor de Dios, que es su misericordia», ha aseverado.

Monseñor Osoro ha señalado que esto debe llevar a que «encarnemos en nuestra vida la misericordia, […] en la historia concreta que vivimos con los demás, en este mundo en el que los hombres estamos rotos, divididos». «Tengamos valentía», ha añadido, para luego detallar que esa encarnación se produce en las obras de misericordia: da de comer, viste, aloja en tu corazón y en tu casa, visita a todos, sé buen consejero, enseña siempre a ser imagen de Dios, perdón, dialoga…

Especialmente en este tiempo de Cuaresma, «hagámoslo rezando, dando limosna y ayudando», ha explicado el arzobispo, quien ha lanzado varias ideas concretas:

–En primer lugar, ha insistido en la importancia de la oración: «Orad, al empezar el día, rezad el padrenuestro, es la oración que sale de labios de Jesús» y nos hace ver «que a todos tengo que hacerles el bien».

–En segundo lugar, ha propuesto que en todas las parroquias de la diócesis haya una hucha no para dar «lo que sobra», sino para depositar el valor de aquello de lo que prescindimos en esta Cuaresma, para destinarlo a «los niños que en Madrid no pueden comer y a los más pobres, a los que hay que dar de comer también».

–En tercer lugar ha adelantado que próximamente se va a poner en marcha en el centro de Madrid «la Casa de la Esperanza», llevada por jóvenes, para que ellos comprometan sus vidas en dar esperanza y «la belleza de la misericordia», con iniciativas y propuestas que les permitan ayudar en los comedores de Madrid, recoger ropa, visitar los enfermos que hay en los hospitales…

Después, monseñor Osoro, varios vicarios y sacerdotes han impuesto la ceniza a los centenares de fieles congregados en el templo.