Esther Tallah, Premio Harambee 2016: «No hay mayor asesino que la malaria, pero no se habla de ello» - Alfa y Omega

Esther Tallah, Premio Harambee 2016: «No hay mayor asesino que la malaria, pero no se habla de ello»

La pediatra Esther Tallah ha recibido el premio Harambee de Promoción e Igualdad de la Mujer Africana por su lucha contra la malaria en Camerún. En un país dónde solo el 37 % de las mujeres terminan la educación básica, Tallah es un ejemplo de la importancia de la educación de la mujer en África

Laura Ucelay
Foto: Luisa Sánchez Alonso/Fundación Crónica Blanca

«La mayoría de la población va comprendiendo la importancia del uso de las mosquiteras, pero hay una minoría que se resiste y argumenta que dormir con ellas genera más calor, por tanto no puede ser bueno; otros piensan que si la mosquitera es mala para el mosquito también debe ser mala para ellos; para esta minoría dormir con esta red es como dormir en un ataúd». La pediatra Esther Tallah es pediatra y especialista en prevención de la malaria. Como médico promueve la sensibilización con los pacientes, pero no es fácil, por eso «hay que ir puerta por puerta, en muchos casos, para convencer a la gente sobre los beneficios de la mosquitera». En el año 2.000 solo el 3 % de la población usaba mosquitera. Gracias a la primera campaña nacional contra la malaria desarrollada en 2011 se consiguió aumentar la cifra al 16 %. Desde entonces, el uso de mosquitera va en aumento.

«En los medios no se habla de la malaria, sin embargo es el mayor asesino, por encima del VIH, el ébola, el zika o la tuberculosis», advierte la médico. Según la OMS cada dos minutos hay una muerte por esta enfermedad. El mayor número de casos son niños menores de cinco años. «Cuando pregunto en los hospitales cuántos casos de los que ingresan son por malaria, los médicos y enfermeras me responden que el ratio es de seis de cada diez. En nuestro estudio evaluamos una escuela primaria y encontramos que el 80 % de los niños portaban el parásito, aunque algunos no habían desarrollado aún la enfermedad, pero esto también supone un problema de transmisión».

Foto: Luisa Sánchez Alonso/Fundación Crónica Blanca

La importancia de la educación de las niñas

En Camerún la educación primaria es gratuita, pero no el material escolar. Esto provoca que las familias prioricen la educación en sus hijos varones. Por tradición sigue existiendo el matrimonio infantil en niñas a las que se relega al trabajo doméstico. Además, no van a la escuela porque tienen que ir a por agua a kilómetros de distancia. «Es necesario invertir en educación al mismo tiempo que en infraestructuras. Una familia puede llegar a comprender la importancia de que su hija tenga educación y las oportunidades que va a tener, pero si necesita el agua para sobrevivir, eso es lo primero», explica Esther Tallah a Alfa y Omega.

Según la doctora, fundadora de la ONG EFEDI (Ecole, Familie, Education Integrale), «nunca se habla de las responsabilidades del Gobierno. Si asegurara esas infraestructuras mínimas –el agua, el colegio y la sanidad– no solo la gente se beneficiaría, sino también el propio país. En Tailandia por ejemplo, el Gobierno invirtió en granjas para pequeños agricultores y en no mucho tiempo recuperó la inversión, porque consiguió al mismo crear puestos de trabajo y estabilidad laboral. Nosotros necesitamos ese tipo de apoyo gubernamental».

Foto: Luisa Sánchez Alonso/Fundación Crónica Blanca

Más difícil que erradicar la malaria

Para Tallah, erradicar la malaria y conseguir la igualdad en la educación de la mujer es posible en Camerún, pero terminar con la enfermedad es aún más viable a corto plazo. «Conseguir la educación para las mujeres es más largo por tradición y cultura. Cuando el Gobierno reconoce la importancia de un tema como la malaria pone los medios, dando acceso a las mosquiteras. Es más fácil que la gente comprenda la importancia del uso de la mosquitera y que aprendan a usarla».

EFEDI, con la doctora Esther Tallah al frente, trabaja por la educación de la mujer y de las niñas en Camerún. «Los hijos de madres sin formación corren dos veces más peligro de muerte o desnutrición que los hijos de madres con educación secundaria o superior». Por ello, están buscando fondos para construir un colegio: «No queremos una choza, si no escuelas dignas». EFEDI necesita 33.500 euros para la construcción de una escuela, y a eso dedicará la pediatra el importe del premio y el dinero de la campaña de fundraising que Harambee ha organizado.

María Espinosa / Laura Ucelay